Tarrafal comienza con la fotografía de un hombre que sorprendentemente parece feliz. Posa delante de la fachada de madera pintada de un edificio donde se advierten dos ventanales. Viste una impecable camisa blanca y con desenfado mete las manos en los bolsillos de un elegante pantalón. Se llamaba Guilherme da Costa Carvalho. Era uno de los 600 presos políticos que habían sido trasladados al campo de concentración construido por órdenes del dictador Antonio de Oliveira Salazar, en Cabo Verde, por entonces colonia de Portugal, en el municipio de la Isla de Santiago, llamado Tarrafal, que da nombre a la publicación del fotógrafo João Pina.
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