Los sábados de Lomana: El extraño deseo de querer volver al trabajo

Los sábados de Lomana: El extraño deseo de querer volver al trabajo

¿Ustedes han sentido alguna vez que ya están hartos de vacaciones? Que quieren volver a su trabajo, comer menos y más sano; que el calor, el tráfico y la cantidad de gente en todos los sitios les agobia. Yo por primera vez lo estoy sintiendo. Quizá es el paso del ecuador del mes de agosto, y creo que volveré a disfrutarlas porque cuando estos negativos pensamientos nos atacan, debemos pensar en lo largo que es el invierno, la pesadez de madrugar, las obligaciones, etc.

Imagino a cualquier madre de familia en un apartamento con los niños y el marido, todos juntos, soñando con volver a su casa. Los niños van al colegio y el marido a su trabajo. ¡Por fin sola! Encontrarte con tus compañeros en la oficina, que después de un mes sin verlos, te parecen encantadores y olvidas cualquier rencilla de los meses invernales.

Yo no tengo niños que vuelvan al colegio en septiembre, ni marido, pero estos absurdos pensamientos de «estoy harta de no hacer nada y tener tanto tiempo para mí» me están asustando. ¿Necesitaré la adrenalina de ir cada día a cien por hora y casi derrapando? ¿O seré una caprichosa que siempre quiero lo que no tengo? Sea lo que sea, la fiesta continúa y mis baños en el mar de Marbella los disfruto muchísimo. De hecho, ya se me están pasando, mientras escribo, esos oscuros pensamientos de volver al trabajo.

Doña Urraca y Puigdemont

Si les digo la verdad, vivo en «la inopia», o sea que no estoy muy al tanto de lo que ocurre, y cuando conecto la radio y vuelvo a escuchar las palabras de Carles Puigdemont, Cataluña o concierto económico me parece estar en bucle e inmediatamente desconecto.

Eso sí, leo libros que alimentan mi espíritu y mi cultura. Ahora, estoy con la novela sobre doña Urraca, reina de León y primera soberana de pleno derecho en Europa. La Corona de León abarcaba prácticamente toda la España cristiana. El resto era Imperio Almorávide. La vida de esta reina apodada «La Temeraria» fue tan ejemplar, tremenda y durísima, siempre luchando contra los prejuicios por ser mujer.

He empezado a adorarla. La primera ocasión que tenga para ir a León le llevaré rosas blancas al panteón, donde está enterrada, en la iglesia de San Isidoro, una maravilla absoluta del arte románico. Les recomiendo la visita. Al claustro y panteón de los reyes de León se les denomina, por su belleza, «La Capilla Sixtina del Románico». Merecen la pena una parada, teniendo un recuerdo especial para esa maravillosa mujer que alcanzó el título de reina y emperatriz de pleno derecho no solo en León, sino en toda España y en Europa desde el momento de su coronación en el año 1109 hasta su muerte en 1126. Les recomiendo este libro escrito por Isabel San Sebastián.

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