Los secretos de Luis de la Fuente para motivar a la selección española

Los secretos de Luis de la Fuente para motivar a la selección española

«Es un fuera de serie, pero los míos son los mejores», decía Luis de la Fuente antes de enfrentarse a Francia cuando le preguntaron por Mbappé. Es un mensaje que se repite: España es la que mejor juega, los futbolistas de la selección son los mejores. Una idea que transmite el seleccionador para motivar a sus jugadores.

Pero no siempre ha sido así. El torneo comenzó con la reivindicación de que los futbolistas españoles no eran reconocidos fuera. «Fabián es un jugador excepcional, de nivel mundial. Si no se llamase Fabián, hablaríais mucho más de él. Nosotros sí sabemos el potencial que tiene», decía el seleccionador después del estreno contra Croacia, en el que el centrocampista español fue elegido el mejor jugador del partido.

«Me gustaría que reconociéramos más y pusiéramos en valor lo que han hecho, han ganado todo desde que eran críos y tienen un recorrido enorme en sus clubes. Son jugadores que deberían tener un reconocimiento mediático mayor del que tienen», añadía.

De la Fuente se sumaba a la táctica que utilizaron otros seleccionadores, como Javier Clemente y Luis Enrique, que señalaban a la prensa como el enemigo. De la Fuente lo hizo de manera más suave, sin plantear un enfrentamiento directo con los medios, pero animando a los jugadores de la selección a reivindicarse ante la falta de reconocimiento.

Esa táctica la abandonó después del partido contra Italia, con España ya clasificada para los cruces como primera de grupo. «Buscar un enemigo fuera es un superrecurso que hay que utilizar cuando el grupo no está cohesionado. Es una solución que utilizamos en psicología y está muy bien pensado cuando hay que cohesionar un grupo de alguna manera. Y funciona bien en torneo corto, en torneo largo, como Liga o Champions, no ha lugar porque se te va a caer», explica Mar Rovira, psicóloga y exjugadora internacional de baloncesto. «Yo cuando lo veo digo “el equipo no está cohesionado”. En cambio, en este caso, como ya están tan cohesionados, y tienen un gran nivel de autoconfianza y un gran nivel de todo puedes ir por el camino que ha ido De la Fuente», añade.

«En cualquier equipo de alto rendimiento, por mucho que queramos hacer, entrenadores, psicólogos, toda la gente que está alrededor, hay una parte de química de que nos gustamos, de que nos respetamos, que es muy aleatoria y pasa a veces. Y en este equipo parece que ha pasado eso. Es muy complejo, porque hay edades muy diferentes, de gente muy veterana a gente muy joven. Pero hay una confluencia de factores aleatorios que han hecho que se lleven muy bien. Y toda la gente que trabajamos desde fuera lo que tenemos que hacer es no estropear o no restar. Esa magia, que ellos han hecho como una familia, que se les ve, eso es suerte», explica Mar.

«Se han caído bien. Y eso con 26 que son es muy difícil que pase. De vez en cuando pasa y no ha intervenido nadie de fuera. Desde fuera podrías estropearlo, haciendo según qué cosas, desperdiciar todo lo que se ha generado. Ellos se han mirado, han dicho “nos caemos bien y vamos con todo”. En tan poco tiempo, si trabajas el año entero en un club es otra cosa, pero aquí ha pasado, pues aprovechémoslo, la cosa es no tocar mucho, no hacer experimentos y ellos se van gestionando», asegura.

La suerte de que un grupo conecte también hay que buscarla. Luis de la Fuente siempre ha presumido de priorizar las buenas personas en sus equipos. «Eso es fundamental y en torneos cortos es el perfil que tienes que buscar, sobre todo para los suplentes. Me gusta cuando dice “quiero buenas personas” porque así estamos incentivando a que el jugador de fútbol sea menos egoísta y sea mejor persona. Yo siempre les digo “si tú eres buena persona, evidentemente tienes que ser buen futbolista, en caso de duda en torneos cortos te van a escoger a ti”. Ser buena persona siempre suma», afirma Rovira, que además es directora del departamento de Rendimiento Mental del Espanyol.

«En una selección tiene que haber una parte futbolística. Y luego puedes ser buena persona, pero no conectar. Está esa parte, que la han hecho muy bien, y otra parte más azarosa de “nos hemos caído bien y nos lo pasamos bien”. Hay subgrupos, pero se ha generado ese ambiente fantástico. A los dos jóvenes que eclosionan los están respetando y tratando bien, ayudando a que se integren. Es muy bonito, están dando muy buen ejemplo. Es fundamental, sobre todo en torneos cortos, ser buena persona, porque ser buena persona hace que no seas egoísta y que digas “bueno, hoy no me toca participar tanto dentro del terreno de juego, pero fuera a lo mejor estoy haciendo cosas importantes y eso ya me ha garantizado ir”», argumenta la exjugadora internacional de baloncesto.

Un ejemplo de esa unión de grupo es el abrazo que dio Álex Remiro, el único futbolista que no ha disputado ni un minuto en el torneo, a De la Fuente cuando acabó la semifinal ante Francia. «No me sorprendió porque conozco a Álex – lleva tiempo trabajando con él– y sé lo buena persona que es. Pero es un detalle superimportante e indica el nivel anímico, el nivel de cohesión de todo el grupo. De hecho en la celebración estaban esperando a Unai Simón para hacer la foto y fue a celebrar y se tiró encima de Álex. Está todo el mundo entendiendo muy bien lo que hay que hacer. Y de manera sincera, no se ha visto forzado ni has tenido que intervenir en hacer nada. Es un superacierto», dice Mar. «Están comprando muchas posibilidades de que pasen cosas buenas».

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