Los tres consejos de Boticaria García para perder peso después de los 50

Los tres consejos de Boticaria García para perder peso después de los 50

La experta en nutrición y autora del libro ‘Tu cerebro tiene hambre’, Boticaria García, ha despejado las dudas más habituales que genera la alimentación y la pérdida de peso saludable a medida que nos hacemos mayores. Es verdad que la dieta, siempre bajo la supervisión médica, es un factor importante a la hora de conseguir el peso idóneo recomendado o deseado, sin embargo, la genética juega un papel fundamental en el proceso. Entonces, ¿es posible desafiar al michelín a partir de los 50?

A partir de esta edad, el cuerpo experimenta abundantes cambios. Las necesidades nutricionales se ven modificadas, así como la forma en la que digerimos la comida y quemamos la grasa. Adelgazar a partir del medio siglo de vida puede resultar más complicado que hacerlo antes de llegar a esta edad; puesto que la retención de grasa es mayor, se pierde masa muscular, y tanto el sedentarismo, como los trastornos del sueño están más presentes. Sin embargo, es posible perder peso una vez cumplidos los 50 años llevando a cabo a hábitos de vida saludables que además de hacernos sentir mejor físicamente, nos ayudan a prevenir diversas enfermedades y a aumentar la calidad de vida. Por otro lado, “la genética puede afectar entre un 40% y un 70% a nuestra facilidad para ganar grasa”, según García.

Según sus investigaciones, para perder peso una vez has cumplido 50 años es necesario alcanzar un equilibrio que englobe el cuidado y buen mantenimiento de la musculatura, el sistema nervioso y el sistema digestivo. El intestino y el cerebro están conectados, y para que cumplan sus funciones con normalidad es importante que nada interfiera su comunicación bidireccional regulada por la homeostasis orgánica. Una vez cumplidos los 50 años, nuestro gasto energético disminuye y en muchas ocasiones esta característica hace que adoptemos estilos de vida más sedentarios, dejando de entrenar cuerpo y mente como merecen.

Para alcanzar este equilibrio entre cerebro e intestino es imprescindible prestar atención y adquirir conocimiento sobre cómo nos alimentamos. Debemos asegurarnos que nuestras comidas proporcionan al organismo los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita, especialmente a estas edades. Para ello, nuestros platos deben ser variados y equilibrados e incluir la mayoría de las veces vegetales de color verde o rojo, como el brócoli, el tomate o el pimiento.

Para trabajar el cerebro en este sentido la boticaria recomienda técnicas de alimentación consciente que nos ayuden a controlar el hambre emocional. Y por último, pero no menos importante, debemos realizar ejercicios de fuerza que ayuden a tonificar la musculatura, siempre adaptados a las capacidades físicas individuales.