Madrid: el puente de los Capuchinos renace 60 años después

Madrid: el puente de los Capuchinos renace 60 años después

Durante más de doscientos años, el puente de los Capuchinos que se erigía en el Real Sitio de El Pardo permaneció incólume en el bosque madrileño, a orillas del río Manzanares. Diseñado por Francesco Sabatini durante el último tercio del siglo XVIII, fue una de las obras más destacadas dentro de las ordenaciones urbanísticas desarrolladas en la zona por Carlos III. Sin embargo, la infraestructura no resistió a los años sesenta del pasado siglo. Entonces, una riada provocó su destrucción parcial. Si bien se barajó su construcción y restauración, finalmente, en 1961, se optó por diseñar uno completamente nuevo, con menor longitud pero ampliando el ancho de la vía, adaptándolo así a las nuevas necesidades del tráfico rodado. A pesar de que, en origen, se intentó mantener el estilo de Sabatini, se acabaron incorporando toques característicos de la arquitectura de la Casa de Austria, como es el empleo del ladrillo visto, además de rebajarse los arcos originales. Los materiales empleados fueron el ladrillo rojo, el granito y el metal para las barandillas. Mientras, de los seis arcos del puente original, se pasó a tres en el nuevo.

Hoy, sesenta años después de aquella reconstrucción, el deterioro del puente de los Capuchinos es evidente. No sólo por los numerosos grafitis y la vegetación descontrolada que lo acompañan; también por los daños que ha sufrido en toda su estructura. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Obras y Equipamientos que preside Paloma García Romero, iniciará su rehabilitación. Unos trabajos en los que también se aprovechará para reordenar los espacios sobre el puente y el cruce anexo con el fin de mejorar la accesibilidad peatonal del ámbito. Todo con vistas a garantizar la seguridad y prolongar su vida útil.

Antes de 2025

El presupuesto será de 668.000 euros y se prevé que las obras estén finalizadas antes de que acabe el presente año. Todo ello dentro de proyecto que dispone del informe favorable por parte de la Comisión Local de Patrimonio Histórico, dando cumplimiento así a lo establecido en el PGOUM en materia de protección del patrimonio histórico.

En la actualidad, el puente de los Capuchinos se compone de una estructura de planta recta con una distribución de tres vanos análogos de quince metros de luz que salvan el río Manzanares. Su longitud total es de unos 45 metros con un ancho de 11 metros. Cada uno de los vanos está formado por una bóveda rebajada de hormigón. Por su parte, las boquillas de las bóvedas, los tímpanos y la imposta están constituidas por fábrica de sillería.

En cuanto a las pilas del puente, de sección rectangular y también de fábrica de sillería, cada una de ellas presenta tajamares. El situado aguas arriba es de sección angular, mientras que el de aguas abajo es de sección circular.

Por último, tanto los estribos como los tajamares presentan unas albardillas intermedias. De cada estribo arrancan unos muros laterales de contención de tierras.

Entre los trabajos de rehabilitación que se llevarán a cabo, desde el Área de Obras y Equipamientos explican a LA RAZÓN que se reforzará la protección de las pilas frente a la socavación. Del mismo modo, se limpiarán los paramentos, bóvedas, pilas y estribos mediante «chorreado integral de las superficies», así como a través de la aplicación posterior de hidrofugante sobre sus superficies.

Otras de las labores consistirán en la reparación y sustitución de las piezas de fábrica dañadas, los elementos decorativos y los acabados. Además, se retirará la vegetación de los paramentos y se ejecutará el sellado e inyección de las fisuras.

Cibeles también acometerá la regeneración estructural del hormigón, con la posterior implantación de tratamiento hidrofugante, mientras que se repondrán los muros de gaviones deteriorados en los estribos.

Uno de los puntos importantes de la reforma se centrará en el tablero del puente. Se llevará a cabo el fresado del aglomerado asfaltico existente sobre el tablero para dotar al puente de una adecuada impermeabilización. No en vano, la humedad es uno de los motivos que han precipitado su deterioro. Posteriormente será repavimentado con una nueva capa de asfalto.

En lo que se refiere a su superficie, se implantarán nuevos pasos de peatones, así como nuevas aceras accesibles de 1,80 metros de ancho situadas a ambos lados del puente.

Por último, en cuanto a las zonas anexas de la infraestructura, el Ayuntamiento de Madrid reordenará los espacios del cruce situado entre la pista del Cristo de El Pardo y la avenida del Padre Cipriano. De este modo, se ampliará el espacio destinado al peatón, con la implantación de nuevos pasos de peatones. Algo que, afirman desde el Consistorio, redundará en la «mejora sustancial» de la accesibilidad del ámbito.

De esta forma, el proyecto no solo contempla la renovación del puente de los Capuchinos; su entorno también experimentará un más que merecido lavado de cara.