María Platero: «El reto es que el discurso sea interesante, más que la forma»

María Platero: «El reto es que el discurso sea interesante, más que la forma»

En Irlanda se apuntó a un curso de fotografía analógica para reforzar el idioma; sin embargo, le gustó tanto que cuando volvió a Madrid dirigió su camino a este mundo capaz de capturar momentos.

María Platero empezó a estudiar en el reputado Centro Internacional de Fotografía y Cine (EFTI), en la zona de Retiro. «Se acaba de comunicar que la escuela, después de una larga trayectoria, cierra. Es un verdadero drama, sobre todo por su gran labor en España, pero también en América», comenta María Platero a La Razón.

No dejó de formarse, hizo cursos y un máster de Creación de Fotografía de Autor, y además vivió el cambio de analógico a digital. A partir de ahí, empezó a presentarse a convocatorias y a participar en exposiciones y proyectos. Reconoce que «da mucho vértigo» lanzarse a carreras de este ámbito y que el futuro siempre estaba dentro de sus preocupaciones. En su caso, tuvo que dar el paso de trabajar por cuenta ajena a hacerlo de manera propia, con lo que conlleva. «Como todo en la vida en general, pienso que, por lo menos, hay que intentarlo», considera Platero. Por suerte, «todo fue rodado y parecía que las cosas funcionaban bien», añade.

María Platero es una artista que si algo no le faltan son inquietudes. No busca etiquetas y además de fotógrafa, es gestora cultural y editora gráfica. Es profesora de fotografía en los cursos de Iniciación, Intermedio y MAPA de LENS Escuela. Según explica: «Desarrollo mi carrera en el mundo del arte. Compagino mis proyectos de autor con encargos como fotógrafa freelance, especializada en la conceptualización de ideas del cliente, imagen de marca e identidad visual. A través del relato, la fotografía de objetos, espacios, arquitectura e interiorismo y de lifestyle». Por ejemplo, en 2022 Iberia colaboró con PhotoEspaña con imágenes de María Platero; y en galerías de arte ha trabajado la foto para la reproducción de obra de artistas, entre otras cosas.

En base a su trayectoria, considera que la fotografía tiene «más visibilidad que hace años», y no le preocupa en especial la llegada de otros formatos que se valgan de la fotografía sin requerir formación, véase el caso de las redes sociales. El reto, por su parte, está en diferenciarse. «No me gusta instalarme en el discurso de persona atacada porque haya personas sin experiencia que quieran contar cosas con esta herramienta», dice Platero. «También creo que porque haya muchos fotógrafos no significa que lo que cuenten sea bueno. Lo difícil es eso, diferenciarse. Y el reto está en que el discurso sea interesante, más que la forma. A lo mejor técnicamente contamos con cámaras o móviles que generan imágenes lo suficientemente atractivas, pero lo que se dice debe interesar y distinguirse, también en cuanto a la autoría», reflexiona. De hecho, plantea la siguiente pregunta: «¿Cuántas fotos consumimos y reconocemos y no sabemos de quién son?».

Sus intereses artísticos se centran principalmente en las convenciones establecidas, esas que nos regimos el día a día y son muy útiles pero que también pueden ser muy absurdas. También la fotógrafa se centra en su trabajo en la reflexión sobre «la necesidad de la sociedad en medir las cosas, etiquetarlas para comprenderlas y manejarnos en nuestra realidad». Y con ello, se interesa por la ciencia, «que está muy conectada con el arte y nos da la sensación de que tenemos la posibilidad de aprender algo más y ampliar nuestro conocimiento».

«Reglas de la naturaleza»

Se trata de un proyecto que refleja muy bien esto que la artista viene hablando: la conexión de la fotografía y el discurso a través de la ciencia. En «Reglas de la naturaleza» podemos observar el uso de reglas escolares para dar forma y escala a paisajes reales de la naturaleza. «El objetivo es tomar medidas imposibles con reglas escolares imprecisas que revelan lo absurdo de la ciencia».

En realidad, se trata de un falso estudio científico, porque más que resolver incógnitas, genera nuevas preguntas de una forma lúdica. «Tomo medidas normalmente en el campo y exteriores que no tienen sentido. Te encuentras con que una isla puede medir 15 centímetros. Aquí el juego de comprender todo el mundo que nos rodea», detalla la autora.

En cuanto a su proceso creativo, describe que le llega por ideas repentinas, mientras duerme, pasea o ve una exposición. «Suelo dibujar cada idea que tengo y lo intento llevar posteriormente a la realidad, se me da muy mal pero siempre gano al Pictionary», dice entre risas. Por otro lado, dicha inspiración también le viene trabajando, «de una cosa sale otra», apostilla.

«El proyecto destaca que la ciencia, junto con el arte buscan llenar vacíos de desconocimiento investigando el entorno. Ambos se vuelven interesantes cuando algo inexplicable capta la atención». De esta forma, María Platero busca conectar con el espectador reflexionando sobre las convecciones que regulan nuestra vida.

«Madrid tiene una oferta cultural diaria de más de 400 planes al día»

María Platero menciona que la capital ofrece más de 400 planes diarios. Ella suele frecuentar la calle del Doctor Fourquet, «donde hay galerías de arte muy interesantes, por ejemplo F2». Menciona «site-specific» del Palacio de Cristal, donde despertaba un mundo de artes visuales. Destaca el Palacio Velázquez por su espacio, así como por las exposiciones. De gastronomía recomienda Toga (en Cascorro) y el árabe Gibraltar, «el mejor té moruno de Madrid».

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