Matrimonio para evitar ser detenido: cómo los violadores pueden librarse de la cárcel si se casan con sus víctimas

Matrimonio para evitar ser detenido: cómo los violadores pueden librarse de la cárcel si se casan con sus víctimas

La sociedad del mundo actual es fruto de varios años de evolución en una gran cantidad de materias, entre ellas la igualdad entre hombres y mujeres. Una proceso evolutivo que, sin embargo, hay naciones que no lo reflejan o se han quedado estancados. Mientras España está en los primeros puestos de territorios igualitarios, encontramos otros a lo largo del globo cuya cultura es muy distinta a la española. E incluso, en determinados países, no solo no se castiga a los agresores sexuales o violadores, sino que además, consiguen librarse de cualquier pena de prisión si contraen matrimonio con sus víctimas.

Sucesos que por mucho que parezcan rocambolescos, son reales. Según explica UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), en torno a un 6% de las mujeres en todo el mundo informan haber sobrevivido a una agresión sexual de una persona que no era su pareja. Una cifra que, no obstante, podría ser mayor por todas aquellas que no denuncian los delitos por miedo a represalias, e incluso se incremente si se cuentan las víctimas que acabaron muriendo.

Por otro lado, la organización señalaba en un informe publicado en 2021 que casi la mitad de las mujeres en 57 países en desarrollo no tienen autonomía sobre sus cuerpos, al mismo tiempo que se le niega el derecho a decidir si desean tener relaciones sexuales. Asimismo, la violación y las leyes que perdonan al violador son solo dos ejemplos de estas vulnerabilidades que sufren.

“Cásate con tu violador”, la ley que blinda a los agresores sexuales: en qué países pueden contraer matrimonio con sus víctimas

Por muchos, son apodadas como leyes “Cásate con tu violador”. El hombre que ha cometido un delito de violación, abuso sexual, estupro o similares puede evitar la pena correspondiente si se casa con su víctima, aunque sea después de los hechos. Algo que se da especialmente en países donde la violencia de género está normalizada.

Según explica un informe de la ONU recogido por BBC, Irak, Baréin, Libia, Kuwait, Túnez, Jordania y Líbano son países en los que se podía dar el caso tras la publicación del estudio en 2017, aunque después de este análisis, los tres últimos territorios citados decidieron endurecer sus leyes para que no sucediera.

Pero a día de hoy se pueden ver otros ejemplos. En Tailandia, el matrimonio entre violador y víctima es legal siempre y cuando la mujer tenga quince años o más y el culpable mayor de edad; en República Dominicana también tienen lugar leyes que cubren las violaciones; en Kuwait, es legal siempre que se tenga consentimiento el padre; en Rusia, siempre que ambos sean mayores de edad, o en Afganistán, una práctica común para evitar que la víctima pueda ser asesinada en el futuro. Y en Venezuela, todavía sigue siendo legal según su Código Penal.

Mismamente, en países como Argentina, Bolivia, Uruguay o Costa Rica también era legal con algunas condiciones hasta hace unos años, cuando fueron derogadas este tipo de leyes por la presión social que sufrían las autoridades. También fueron anuladas recientemente en Marruecos, donde situaciones así eran normales aunque a día de hoy, todavía están normalizadas situaciones similares.

Cuando los violadores quedan impunes: más facilidad para cometer delitos si las víctimas son menores

Son amplios los ejemplos, al menos hasta hace unos años. En 2022, las cortes de Pakistán liberaron a un violador tras aceptar casarse con su víctima, en un acuerdo negociado con jueces que dieron el visto bueno. La indignación también tuvo lugar en India, cuando en 2021, un juez propuso a un violador casarse con su víctima menor de edad para evitar la cárcel. Y en Irán, uno de estos casos se dio en 2016, momento en el que un agresor sexual se casó con su víctima para evitar la ejecución.

Casos de desprotección que se incrementan cuando las víctimas son menores y ni siquiera denuncian. Matrimonios infantiles, pedofilia o abusos a menores suponen una “barra libre” para los delincuentes, quienes aprovechan su potestad.

Una práctica que todavía es una realidad, como se ve, en varias partes del mundo, en especial en regiones de África, Oriente Medio o América Latina. Una lacra que continúa y aunque en gran parte de los países desarrollados cada vez se concede menos tolerancia ante estos supuestos o casos similares, lo cierto es que la violencia de género o machista sigue vigente en nuestros días.