Dependiendo de la época, las ciudades se recuerdan de uno u otro color. Hay años —a veces, décadas— que se asocian a un tono gris tirando a oscuro. Hay etapas que pasarán al recuerdo llenas de color, alegría e intensidad. Suelen coincidir con algún momento socialmente relevante para la comunidad. Los motivos pueden ser económicos, culturales y, en muchas ocasiones, deportivos. La Coruña de los años 80 se almacena en la memoria de aquellas personas que la vivieron con la perenne humedad del orballo. Una década después, la ciudad sería atravesada por un fenómeno de tanta potencia que transformaría la relación de sus habitantes con su identidad como coruñeses y que teñiría de azul y blanco, con tinta indeleble, el corazón de varias generaciones. Ese fenómeno fue una hasta entonces desconocida versión del Deportivo de La Coruña, que venía de pelear por la supervivencia en Segunda División y pasó a disputar el título de Liga a los equipos más poderosos. Aquel Súper Dépor —así se conocía al equipo— haría historia.
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