Miguel Bose suma una nueva polémica. El pasado viernes, 26 de julio, el cantante de “Morena Mía” ha participado en Mallorca en una controvertida charla pseudocientífica, organizada por Josep Pàmies y Guillem Ferrer. Una conferencia que se presentaba bajo el título “Libertad de expresión y libertad terapéutica”.
Con una gran ovación, el artista comenzaba su conferencia, aunque antes se le había visto llegar sin hacer declaraciones a la prensa que se encontraba en las inmediaciones. Durante el evento, Bosé ha mostrado su apoyo a las terapias alternativas.
Días antes se había generado una gran polémica en torno a la organización del evento, ya que Pàmies es conocido por prometer curar el autismo y el sida ccon lejía, una manifestación que le ha valido una multa por parte de la Conselleria de Salud de la Generalitat de Cataluña.
También ha sido sancionado por promover el uso del clorito de sodio o dióxido de cloro (componente de la lejía) en enfermedades como el cáncer o el ELA.
Durante el acto del viernes, Miguel Bosé se ha mostrado además como un “orgulloso negacionista”, asegurando que durante la pandemia de la Covid-19 ni se vacuno ni tampoco sus hijos.
En el acto, el cantante de “Sevilla” o “Amante bandido” ha defendido estar “del lado de la verdad. Con pasión, las cosas se cargan de luz y de verdad”. “Los que están al otro lado están acojonados ante las formas tradicionales de la medicina porque es un área que va creciendo cada día, por sus efectos y por el convencimiento de que para curar el dolor de estómago, una mezcla de hinojo, manzanilla y estevia no mata”, ha destacado. “Estad tranquilos y muy firmes. Estoy convencido de que todo el daño causado por la vacuna contra la Covid, que tantos problemas, taras, secuelas y muerte ha provocado, ha hecho que la gente despierte e investigue”, ha asegurado convencido.
Bosé ha contado además su propia experiencia con el clorito de sodio. El artista afirma que hace un tiempo le diagnosticaron una “fuerte” tuberculosis: “Me recetaron cinco antibióticos durante un periodo larguísimo, con graves efectos secundarios, y al final me curé con clorito de sodio. Pasé por un infierno farmacológico”.
