Miles de personas arropan la tradicional romería de San Froilán, fiesta grande de León

Miles de personas arropan la tradicional romería de San Froilán, fiesta grande de León

Miles de personas se han congregado este sábado en la fiesta y la romería de San Froilán, patrono principal de la Diócesis de León, en la que han participado medio centenar de carros y más de 200 pendones llegados desde distintos rincones de la provincia.

San Froilán fue obispo de la Diócesis en los años 900 al 905 y en La Virgen del Camino se viene celebrando esta fiesta desde mediados del siglo XVI.

A pesar del cielo encapotado el tiempo ha respetado la romería en su trayecto desde la capital leonesa hasta la explanada del Santuario de la Virgen del Camino, en la que los carros tirados por bueyes, burros y hasta ponis, acompañados por los vecinos vestidos con los trajes típicos, han estado arropados por miles de personas.

Juntos a los carros han desfilado los pendones, destacando la combinación del verde y el rojo que todos los años rinden pleitesía a la Virgen del Camino en la fiesta de San Froilán

Para celebrar a San Froilán el obispado celebra este sábado misas a todas las horas desde las ocho de la mañana a las ocho de la tarde.

La principal es la de las doce, que se oficia en la explanada de la Basílica, presidida por el obispo, ante la presencia de miles de fieles y de las autoridades civiles y militares, entre las que se encontraba el alcalde de León, José Antonio Diez.

Los coros y grupos de baile regionales han estado también presentes con sus cantos y sus danzas.

En todas estas celebraciones se ha habilitado el acceso al Camarín desde el atrio exterior en la cabecera del templo y se han podido depositar velas y ofrendas en una zona habilitada al afecto, para después poder realizar la salida por la Puerta del Pastor, con la posibilidad de cumplimentar el tradicional ‘Besamanto’.

Otra de las tradiciones es que los leoneses que este sábado han pasado por la Virgen del Camino toquen tres veces la nariz a la imagen del santo.

En la fiesta posterior ha destacado, como es tradicional, los numerosos puestos de venta, donde se mezclan los productos típicos y de siempre, como los tradicionales ‘perdones’ (avellanas) y donde tampoco ha faltado la morcilla y el pulpo, todo regado por los vinos de León.

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