Moncloa tutela a Yolanda Díaz con la reducción de la jornada laboral

Moncloa tutela a Yolanda Díaz con la reducción de la jornada laboral

La reducción de la jornada laboral en España a las 37,5 horas manteniendo el mismo salario es la propuesta estrella con la que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, busca relanzar su carrera profesional dentro de Moncloa tras una trayectoria política con varios fracasos electorales a su espalda desde que se presentara bajo la marca de Sumar a las elecciones generales.

Díaz buscó con su dimisión como líder orgánica de Sumar preservar su imagen más presidencialista, mientras se deshacía del traje de líder de partido y así lo dejó claro cuando prometió centrarse en su acción como vicepresidenta del Gobierno. Se puso como objetivo más inmediato el de lograr en tiempo récord la reducción de la jornada laboral, asunto que ya había iniciado previamente con los sindicatos y la patronal, porque su objetivo era enviar antes de septiembre el proyecto de ley al Congreso de los Diputados para su tramitación y entrada en vigor a principios de 2025.

Ahora, cuando las conversaciones con los sindicatos llegan a su fase final, pero se estanca el acuerdo con la CEOE, en la vicepresidencia segunda del Gobierno presionan asegurando que el acuerdo se hará con o sin la patronal. Sin embargo, en Moncloa frenan las intenciones de Yolanda Díaz e imponen calma en las negociaciones, a la vez que irrumpen –una vez más– en el desarrollo de las negociaciones que pilota el Ministerio de Trabajo. En el ala socialista del Gobierno se muestran a favor de «dar más oportunidad al diálogo» para acercar a la patronal a la reducción de la jornada laboral. Se sinceran asegurando que no darán por cerrada la negociación hasta que no se agoten todas las posibilidades. Es decir, prefieren un acuerdo más lento en el que la CEOE también participe, que un pacto a dos –Gobierno y sindicatos–. Un miembro del Ejecutivo del ala socialista pide a Yolanda Díaz que «no corra» en la negociación y avisa que prefiere «llegar un poco más tarde pero llegar con todos», en referencia a un pacto unitario. En el Ejecutivo ya le han transmitido a la vicepresidenta segunda este deseo al entender que la reducción de la jornada laboral es un asunto de «peso» en la legislatura y es por eso que recomiendan «tomarse tiempo» para llegar al acuerdo.

Ayer mismo, en público, el Ministerio de Economía también intervino en las negociaciones de Yolanda Díaz. El ministro del ramo, Carlos Cuerpo, dejó la puerta entreabierta a recoger algunas de las reclamaciones de los empresarios como la posibilidad de aumentar la flexibilidad en los sectores que serían más perjudicados por la reforma, como la hostelería o el comercio, a través de «bolsas de horas» que permitan adaptar la jornada. «Lo importante es encontrar un punto de equilibrio. Existe margen y flexibilidad para llegar a ese acuerdo», aseguró el ministro en una entrevista en «Más de Uno» de Ondacero con Carlos Alsina. Unas declaraciones que comenzaron ayer a calmar los ánimos de los empresarios.

De hecho, un día antes, el Ministerio de Trabajo admitió hacer una nueva propuesta a las empresas para la próxima semana. «Para que vean que la vocación del Ministerio de Trabajo no es solo dialogar, sino alcanzar un acuerdo», aseguró la vicepresidenta Díaz en rueda de prensa este martes tras el Consejo de Ministros. En el grupo parlamentario también recogieron cable ayer y se mostraron a favor de que el proyecto de ley de la reducción de la jornada laboral llegue al Congreso de los Diputados con un acuerdo social amplio en el que estén incluidas las empresas. Eso sí, aseguraron que «va a ser ley quiera o no quiera la patronal» porque «no tiene derecho de veto», en palabras del portavoz de Sumar, Íñigo Errejón.

Esta negociación no será la única que pondrá a prueba a Díaz. Un acuerdo que si finalmente sucede, con las empresas, dificultará a la vez la siguiente negociación, la recta final que tendrá lugar en el Congreso para la aprobación del proyecto de ley. El voto a favor de ERC estaría en cuestión, como ya ocurriera con la reforma laboral donde al entrar la CEOE, el partido republicano se borró de la foto. En el Gobierno son conscientes de este escenario, pero sí creen que un pacto de la mano de los empresarios facilitaría que el PNV y Junts votasen a favor de la reducción de la jornada laboral.