Montaraz: el ibérico que ha conquistado a Louis Vuitton mira al exterior para crecer con China en la mira: “El margen es infinito”

Montaraz: el ibérico que ha conquistado a Louis Vuitton mira al exterior para crecer con China en la mira: “El margen es infinito”

Montaraz no es un cualquiera en el mundo de los ibéricos. La compañía salmantina elabora productos de altísima calidad desde hace más de 130 años siguiendo la misma fórmula de jamón y sal y curación natural, “haciéndole poco” al jamón, como dice su consejero delegado, Jaime Martín Sánchez. Así, han conquistado el exclusivo paladar de Le Frank Fondation de Louis Vuitton y La Grande Épicerie en París o el Rosewood Villa Magna de Madrid.

Con presencia en más de cuarenta mercados, Montaraz facturó el pasado ejercicio 45 millones de euros tras vender 100.000 jamones y 100.000 paletas y este año sus ventas han crecido hasta ahora por encima del 10%, según explica a LA RAZÓN Martín. El directivo, cuarta generación que dirige la empresa junto a su hermano Ramón, tiene claro que el camino para seguir creciendo está en perseverar en su negocio internacional. Como dice, en España, “el mercado es el que hay. Podemos crecer a costa de otros fabricantes. Es competencia pura y dura”. Pero fuera, según añade, “hay un mercado que no está casi desarrollado y hay un margen de crecimiento infinito”.

Tras haber conquistado Estados Unidos, donde cuenta con oficina y almacén en Nueva York después de haber logrado la homologación para sus fábricas de Salamanca y Extremadura -34.000 metros cuadrados que cuentan con los mayores secaderos y bodegas naturales del mundo- por parte de la United States Department of Agriculture, la más exigente del mundo; Montaraz anhela ahora abrirse hueco en el mercado chino. Una empresa nada fácil. “Tenemos el expediente para que vengan a visitarnos desde hace cinco o seis años, pero todavía no han venido”, explica Martín, que asegura que el proceso es más lento si cabe que en otros países puesto que China hace “un poco lo que le interesa en función de sus necesidades”.

Entrar en China les abriría las puertas de “un monstruo”. Desembarcarían, según el CEO de Montaraz, en un país en el que ya tienen contactos muy avanzados y que, además, “valora el producto y lo paga”, según asegura.

Mientras llega lo de China, la empresa mira a otros mercados como, por ejemplo, el de México. “Es un mercado más sencillo por cercanía cultural en el que ya se está vendiendo mucho ibérico”, explica Martín. Además, añade, como las autoridades han reducido de 300 a 40 o 50 las firmas homologadas para vender, “sólo por inercia, nos viene clientela”.

[[QUOTE:PULL|||”El producto lo hacemos como toda la vida. Invertimos en sistemas de deshuese y loncheado”]]

Para llegar a otros nuevos, la clave está en encontrar al colaborador correcto. “Hay que tener uno que tenga ganas, que valore el producto, que sepa de su calidad, que sepa transmitirlo”, asegura el directivo, que afirma que nunca se sabe dónde estará la oportunidad y pone como ejemplo Angola, país en el que años atrás vendieron una buena cantidad de producto.

Martín también asegura que para vender lejos de España hace falta invertir en innovación. Fuera, resulta complicado vender un jamón entero al corte. “El producto lo hacemos como toda la vida. Donde invertimos es en sistemas de loncheado y deshuese. En la planta de Olivenza, por ejemplo, tenemos cinco líneas de loncheado. Hacemos hasta 60 formatos y esto nos ayuda en la exportación para que el producto llegue a nichos más amplios”, explica Martín.

El otro gran foco de inversión de la compañía son los propios animales. El incremento de los costes de producción y la falta de relevo generacional entre los ganadores han provocado, según lamenta, que el cerdo de campo esté desapareciendo. “Nos estamos dando cuenta de que o lo crías tú, o te quedas sin ello”, dice Martín. Por eso, desde hace cuatro o cinco años, Montaraz comenzó a invertir para crear su propia ganadería. En Extremadura, han adquirido dos grandes fincas y siguen mirando oportunidades.

Esta escasez de cerdos, que según el consejero delegado de Montaraz no se había visto nunca antes, junto con unos costes de producción que “nada tienen que ver con los que había hace cinco o seis años” han tensionado los precios, que, en su opinión, seguirán “yendo hacia arriba” en los próximos años. “Se verá un precio bastante alto salvo que la demanda bajara muchísimo, aunque no lo creo”, concluye.

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