Nadal con 14 años ya olía a número uno del mundo

Nadal con 14 años ya olía a número uno del mundo

Vi por primera vez a Rafa en Barcelona con 12 o 13 años no recuerdo exactamente. Conocía al tío Toni y me había hablado de su sobrino. En cuanto lo vi lo primero que pensé es que no había visto una cosa igual en mi vida. La primera vez que me preguntaron por él, en un momento en que el tenis español atravesaba una etapa plagada de incógnitas, tenía 14 años y mi respuesta fue: “Va a ser número uno del mundo seguro, no tengo ninguna duda”. Me quedé corto porque todo lo que ha hecho va más allá de ser número uno.

Cuando era un chaval tenía una intensidad, una energía y una aceleración de bola que no he vuelto a ver en toda mi vida. Era un crío y desplegaba un juego que no se correspondían con su edad. En 2004, el año de la final de la Copa Davis en Sevilla, le venía siguiendo desde hace mucho tiempo y yo estaba como loco porque llegase la oportunidad de dirigirle en el equipo. Pensaba que por su mentalidad y su carácter iba a ser una bomba para la Davis como así fue. Ese año recuerdo que debutó en la primera eliminatoria contra los checos en Brno. Ellos tenían un equipazo y decidimos que Rafa tenía que jugarse el punto decisivo, aunque juraría que por aquel entonces no había ganado un solo partido “indoor”. Lo ganó. En las semifinales, ante Francia, decidimos que tenía que jugar el doble. Recuerdo que muchos poco menos que nos tacharon de locos. No teníamos un gran doblista en el equipo y apostamos por él. Luego ganó el punto decisivo contra Clement y luego llegó lo de Sevilla. En el equipo estaban Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero, pero apostamos por él por la simple razón de que veíamos algo diferente. Veíamos un carácter y una mentalidad que en la competición en la que estábamos era perfecta.

Todo lo que pasó luego es historia del deporte mundial, pero lo que resulta más increíble es lo de los 14 Roland Garros. ¡Ganar 14 veces Roland Garros es imposible! Él lo ha hecho, pero es imposible. Para ello el factor decisivo más allá de todo lo que ha jugado, que era muchísimo, era la dureza mental. En tierra batida, en realidad en todo en la vida, una cabeza como la suya ayuda muchísimo. Pero para ganar 14 Roland Garros…

La despedida me consta que ha sido un momento muy difícil para él. Y cuanto más lo iba posponiendo, más complicado se veía el momento para anunciarlo. Rafa ha tratado de seguir jugando porque competir es lo que más le llena del mundo. Tenía la esperanza de que podía jugar sin dolor, lo hacía durante algún tiempo, pero era un tiempo demasiado breve. Lo ha intentado en numerosas ocasiones, pero jugador con dolor, incluso para él, es imposible. Por más que lo ha intentado ha llegado el momento y la Copa Davis es la competición ideal para que se vaya por todo lo alto. Ganar la Ensaladera 20 años después de lo de Sevilla será una despedida a la altura de lo que merece.

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