Los embutidos son productos cárnicos elaborados principalmente a partir de carne picada, especias y, en muchos casos, vísceras, que se introducen en tripas naturales o artificiales y se curan mediante procesos de secado, cocción o ahumado. En España, los embutidos son una parte fundamental de la gastronomía, siendo tanto un alimento básico como un símbolo de identidad culinaria. Además, la amplia variedad de embutidos españoles incluye clásicos como el chorizo, la morcilla, el salchichón o el jamón, cada uno con características propias según la región de origen.
Tanto es así, que en la cocina española, los embutidos se utilizan de múltiples maneras. Desde su consumo en crudo, acompañando una simple rebanada de pan o en bocadillos, hasta formar parte de guisos tradicionales como el cocido madrileño o las lentejas con chorizo. Su versatilidad los convierte en ingredientes esenciales tanto en recetas cotidianas como en platos festivos, aportando sabor, textura y un toque característico del lugar en que se cocinen.
Sin embargo, el que para uno puede que sea el mejor embutido de todos puede que para otro no lo sea, por lo que, pese a estas rivalidades, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista de los embutidos más saludables y, pese a la desgracia de muchos, el mejor de todos no es ni el chorizo ni el jamón.
El embutido más saludable, según la OCU
Ante todo, la OCU señala que este tipo de alimentos no son especialmente saludables, sino que “más bien todo lo contrario”. De esta manera, dado que los embutidos deviran de cárnicos que muchas veces tienen exceso de grasa, sal o aditivos, la valoración nutricional no suele ser muy buena.
No obstante, de entre todos los embutidos y fiambres analizados, la OCU ha dado con uno de ellos cuya valoración es A, la más saludable, a pesar de que lo normal es que los embutidos tengán malas valoraciones en los niveles de Nutriscore.
De esta manera, los embutidos más saludables, cuya valoración nutritiva es de tipo A, serían aquellos derivados de jamones cocidos y pechugas de pavo, aunque es habitual que es muchos casos tengan también un elevado contenido en sal y grasas saturadas.
Así, la OCU recalca que debido a su menor contenido en grasa, es mejor elegir embutidos como el jamón cocido o la pechuga de pavo o pollo, aunque su contenido de sal sea alto. No obstante, el estudio asegura que el chorizo es uno de los productos con mayor contenido en grasa, por lo que su consumo, y el de los embutidos en general, debe ser ocasional.
