Niña Polaca, una religión de tintes modernos

Niña Polaca, una religión de tintes modernos

Lo que canta y toca Niña Polaca, cala y sacude. Cada cuerpo que forma parte de su público atrapa sus melodías y las interioriza hasta los huesos. Sus conciertos son ritos donde se dramatizan los días malos y se suda. Mucho. Surma (voz), Beto (bajo), Kobbe (batería), Rubén (guitarra) y Claudia (teclado y coros) se suben a cada escenario sin pretensión de predicar sus instintos. Pero lo consiguen: enarbolan inquietudes y se desahogan entre amigos. Entre un grupo de gente cada vez más y más grande. Hasta el punto de agotar tres conciertos en La Riviera de Madrid durante tres jornadas seguidas. Este domingo finalizan un ansiado triplete que funciona como culmen de una gira rotunda, en la que han creado a lo largo y ancho del país una religión entre amigos, con tintes modernos y mucha autenticidad.

A lo largo de estos conciertos celebrados en la capital, Niña Polaca ofrece un repaso de sus tres álbumes, especialmente del que les ha llevado de gira estos últimos meses: “Que adoren tus huesos”. Canciones como “Los días malos”, “Te vi en el concierto”, “Travieso” o “Dolores rayo” forman parte de este tercer disco que en el momento de su lanzamiento definían como “complejo. No hemos inventado nada, pero es elaborado. Ahora no se ven canciones así, tan largas y con tantas partes”, apuntaba la teclista. Unos temas sin duda desarrollados y, como todo buen trabajo, ello tiene su grata consecuencia: los seguidores de la banda las cantaron y bailaron entonando cada palabra como si fuesen recién estimuladas y propias.

El tercer disco es, para un músico, determinante. Niña Polaca son conscientes de ello: con el primero te das a conocer, con el segundo cultivas el éxito, y con el tercero tiendes a consolidarte. Es el que, definía Surma hace un año, “te dice si te vas a morir de hambre o si vas a poder vivir de esto”. En su caso, parecen haber cogido el camino correcto. Algo positivo y que seguro les viene dado por un ingrediente clave en la banda, y que además contagian a todo aquel que se acerca a su universo: que son un grupo de amigos viajando, creando y haciendo lo que les gusta.

Acompañados de artistas invitados, como ha sido el caso de Rubén Pozo o de Diego, cantante de Veintiuno, los artistas también interpretaron canciones de sus anteriores repertorios que ya arrancan a tornarse en clásicos de su música: “La muerte de Mufasa”, “Willy”, “Pinta Malasaña”, “Nora” o “San Francisco el Grande” también tuvieron una gran acogida por parte de una Riviera hasta los topes, pero con su cómodo encanto al ser una sala en la que igualmente se disfruta de un concierto en primera fila, en última, o desde lo alto.

Hasta el momento, el grupo parece haber cerrado un capítulo con este exitoso triplete, pues las próximas fechas que han anunciado tendrán lugar en festivales del próximo año, como es el caso del San San de Benicasim, entre el 17 y el 19 de abril, o el Interestelar de Sevilla, entre el 16 y el 17 de mayo. No obstante, y afortunadamente, aún queda mucho tiempo en el que seguir haciendo culto a este elaborado credo indie llano, inconformista y placentero.

Please follow and like us:
Pin Share