Ningún socio avala la estrategia del 9J del PSOE

Ningún socio avala la estrategia del 9J del PSOE

Toda la campaña electoral ha dado un vuelco tras la imputación de la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, por parte del juez Juan Carlos Peinado, por presunto delito de influencias y corrupción en los negocios. Algo que ha obligado al PSOE a cambiar el paso y a hacer del contratiempo una virtud en la recta final con vistas al 9J. Esto ha soliviantado a los socios del PSOE –y a la vez competidores– en Europa al comprobar que el Gobierno ha introducido a Begoña Gómez –«vota Begoña», dicen sus detractores– como aliciente para votar masivamente al PSOE este domingo.

Tanto es así que ninguno de sus habituales aliados ha salido ya a defenderle –al contrario de lo que ocurrió con la primera carta de Sánchez en la que anunciaba que se tomaba cinco días para decidir su futuro–. Su segunda «carta a la ciudadanía» fue recibida con críticas hasta por parte de su principal colaborador en Moncloa, Sumar, al no venir acompañada la reflexión de medidas de regeneración democrática. La decepción es de máximos con el PSOE y contrasta con la hiperactividad por parte de sus socios que han registrado en el Congreso varias iniciativas para derogar la Ley de Seguridad Ciudadana, buscan fórmulas para renovar el caducado Consejo General del Poder Judicial o, en el caso de Podemos, una ley para regular los medios. «Son aspiraciones filosóficas» tildaron desde Sumar tras recibir la carta, mientras censuraron al presidente por no anunciar nuevas medidas. Junts, por ejemplo, también salió a criticar la carta. «A Pedro le ha dado por la literatura epistolar. No sé hasta cuantas cartas llegaremos», criticaron. Solo ERC continúa defendiendo al presidente tras la imputación de Begoña Gómez.Censuran, así, que las críticas de Sánchez en su carta por «persecución» no vengan acompañadas de medidas.

Fuentes de estos grupos en el Congreso de los Diputados muestran hastío con lo que denominan una «estrategia de victimización» por parte del presidente del Gobierno. Ayer fue muy claro el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy –del ala de Sumar– quien lamentó que se trate de «distraer la atención» de los proyectos políticos que concurren al 9J con «pseudoescándalos y folletines». A su juicio, hay una «serie de hechos y noticias sorprendentes cuanto menos», que «desvían el debate público y la atención de aquello que los ciudadanos van a votar el domingo», que es, el futuro de Europa.

A la causa que se abraza el presidente de defender a su mujer del caso en el que se la investiga como si fuese una investigación contra su figura por ser quien es, ayer no pasó desapercibido el momento en el que el Gobierno anuncia que se sumará a la demanda presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia contra Israel. Desde Sumar, si bien alabaron la iniciativa del Ejecutivo, trataron, a su vez, anotarse el tanto con vistas al 9J. En la formación insistieron que habían sido ellos quienes habían «empujado» para llevar a Israel a la Corte Internacional Penal. El objetivo es el de no dejar al PSOE que capitalice solo esta iniciativa. No gustó, sin embargo, el momento, ni tampoco que Exteriores no tomara partido contra Israel. «España entra en la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia pero no rompe relaciones porque la prioridad del Gobierno es no molestar a Israel. España no toma partido por ninguna de las dos partes», criticó la candidata de Podemos a las elecciones europeas, Irene Montero, mientras que la secretaria general del partido, Ione Belarra, acusó al Ejecutivo de hacer «electoralismo» en vez de tomar medidas contra el gobierno de Netanyahu.

Entre los socios existe ya el convencimiento de que el Gobierno está aprovechando el contexto político exterior –Israel, Argentina y Ucrania– para concentrar el voto progresista en la papeleta del PSOE, según perciben socios de Sánchez en el Congreso.