No apto para frikis nostálgicos: la antigua fábrica de Nintendo en Japón se convierte en museo

No apto para frikis nostálgicos: la antigua fábrica de Nintendo en Japón se convierte en museo

Los que fueron niños en los 80 y los 90 ya tienen nuevo lugar de culto: la antigua fábrica de Nintendo en Uji (Kioto), donde el cese de la actividad industrial ha servido para hacer bueno aquello de la “resiliencia” y adaptarse a los nuevos tiempos. Que los videojuegos ahora se produzcan en otro lugar no es excusa para aprovechar dicha sede para otros menesteres, como, por ejemplo, un museo de la historia del videojuego a través de la propia comañía.

Un nuevo centro que pasará a formar parte de ese creciente número de destinos turísticos de videojuegos en el País del Sol Naciente. Durante años, los seguidores de videojuegos de todo el mundo han peregrinado a la “meca geek” de Akihabara, en Tokio, por sus tiendas de electrónica, sus grandes salas de juegos, sus tiendas de juegos retro, sus cafés manga y anime…. Más reciente es el parque temático Super Nintendo World en los Universal Studios de Osaka (el tercero más visitado del mundo); o los restaurantes en todas las principales ciudades japonesas con temática de juegos famosos como Kirby, Monster Hunter y Final Fantasy. Más el futuro parque temático de Pokémon en Inagi, también en Tokio.

“Empresas como Sega o Sanrio, o títulos como ‘Jujutsu Kaisen’ o ‘Elden Ring’, son las que realmente están impulsando el cariño por el país en este momento. Son uno de los principales impulsores del aumento de personas que llegan al país, que se ha multiplicado por siete en solo 20 años”, afirman los expertos.

Si octubre siempre ha sido un buen mes para acercarse a Kioto a ver el cambio de estación, desde este 2024 la visita tiene otro aliciente más. Al “momijigari” [el cambio de color de las hojas de los árboles] se suma ahora el museo de Nintendo. Una cita obligada para frikis y no tan frikis. Desde ayer está abierta esta nueva atracción que el redactor de The Guardian calificaba como “una capilla de nostalgia por los videojuegos”.

La distancia con Kioto (veinte minutos en tren) y con el resto de atracciones turísticas de la ciudad no parece que vaya a ser un impedimento para que las hordas de fanáticos lleguen hasta la planta ataviados con sus sombreros de Mario.

La parte de arriba se ha destinado a las consolas. Desde la Famicom (1983) a las “modernas” Nintendo 64 (1996) o la Switch (2017). A su lado, no podían faltar los juegos que atraparon a varias generaciones durante horas. Al fondo, la compañía nipona retrocede todavía más en el tiempo y ofrece a sus invitados todo lo que hacían antes de la explosión “videojueguil”: juguetes, naipes y otros artefactos ganan protagonismo en un periodo que da marcha atrás hasta 1889. Y ya en la parte de abajo, el visitante podrá disfrutar con actividades interactivas: los visitantes reciben diez monedas virtuales por visita que pueden utilizar para gastar en la exposición; y además, un taller de “hanafuda” adyacente guía a los visitantes en la creación de sus propias cartas de juego japonesas.

Se espera que las nuevas salas acojan a 2.000 personas al día. Aunque para ser uno de los “afortunados”, primero hay que ganar la especie de “lotería” mediante la que se asignan los boletos de 3.300 yenes (unos 20 euros). Un sistema que no ha desanimado a los seguidores de Nintendo y que han llevado a agotar todo en los tres meses siguientes.

Se reconvierte así una fábrica inaugurada en 1969 que con la aparición de la Era de los Videojuegos se empleó como centro de atención al cliente para reparaciones de consolas hasta 2016.

El “padre” de series como Mario y Zelda (y gurú de Nintendo), Shigeru Miyamoto señala a Uji como “un lugar de recuerdos” que llevaban años intentando recuperarlo hasta que “surgió la sugerencia: ¿por qué no convertirlo en un museo? Nuestra sede original en Toba-kaido era uno de los candidatos, pero decidimos que [Uji] sería conveniente para el transporte, y esta área ahora está bastante deteriorada. Dado que aquí fue donde tuvimos nuestra primera fábrica, queríamos ayudar a revitalizar el área… Nos gustaría trabajar con la comunidad local para desarrollar el museo de manera que la gente local no lo resienta”.

Nintendo busca así preservar su propio legado corporativo: “Espero que la gente entienda lo que es Nintendo a través de todos estos productos pasados”, dijo Miyamoto. “Sería una pena tener todo esto acumulando polvo en un almacén”.

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