No hay ‘turismofobia’ sino una reacción contra los flujos desproporcionados

No hay ‘turismofobia’ sino una reacción contra los flujos desproporcionados

En pleno puente de agosto toda la zona se quedó sin hielo y no hubo forma de preparar los gin-tonics ni los cu­balibres; nadie había calculado tal nivel de consumo. Hubo que esperar al siguiente martes para que el material llegase a las grandes superficies. Esos mismos días, el pueblo hubo de ser cerrado a la entrada de coches porque ya no cabía ni uno solo más y los aparcamientos estaban repletos. Relativamente cerca de allí, ya en otra comunidad autónoma, se vio a decenas de vecinos ocupar un paso de cebra con pancartas y no dejar pasar durante un buen rato por la carretera a ningún automóvil porque era imposible que los suyos estacionasen en parte alguna. Una protesta gandhiana. Son ejemplos de la vida cotidiana generados durante el pasado mes.

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