No todos los panes son saludables: los 5 consejos para elegir un buen pan

No todos los panes son saludables: los 5 consejos para elegir un buen pan

El pan ha sido, desde hace bastantes generaciones, un alimento básico para nuestra dieta, aunque no en todos los sitios se ha elaborado de la misma manera. De hecho, en la cuenca mediterránea se ha hecho pan con diferentes tipos de trigo, mientras que en las más montañosas se ha hecho con granos que resistían las altitudes y el cambiante clima, como el centeno o la espelta.

Al tener muchos carbohidratos, el pan proporciona al organismo humano parte de la energía necesaria para afrontar las diferentes funcionas y tareas que debemos realizar, así como aporta otros nutrientes como el hierro, potasio, magnesio, ácido fólico y vitaminas B2 Y B6.

Asimismo, con la llegada de la Revolución Industrial y las economías de escala, gran parte de la sociedad puede comprar una barra de pan, aunque debido a su industrialización, en su elaboración se han mezclado los diferentes tipos de trigo, se han refinado harinas y se han incorporado levaduras artificiales, aditivos y azúcares no naturales del propio alimento.

Es por ello que hay que estar pendiente del pan que compramos en nuestra panadería de confianza o supermercado, ya que no todos son iguales y se elaboran con los mismos ingredientes.

Consejos para escoger un buen pan

En primer lugar, en lo que debemos fijarnos es en el peso, ya que un pan saludable no suele ser ligero, además de oscuro y denso. De hecho, el sabor de un pan de calidad es agradable y tiene capacidad de saciar parte del hambre debido a su óptimo contenido en carbohidratos.

También es vital saber las harinas, que han de ser el resultado de moler el grano de trigo entero, con las que están hechos, ya que es recomendable que sean panes de harinas integrales. Dentro de esta tipología, encontramos los cereales de trigo con gluten, como los trigos ancestrales que son la espelta y el centeno, o pseudocereales como el trigo sarraceno y amaranto.

La masa madre es un término muy conocido en el mundo de los panes, además de importante, ya que esta degrada hasta un 70% los fitatos y antinutrientes presentes en el propio trigo, haciendo que los diferentes nutrientes se absorban mejor y eliminando sustancias patógenas.

Asimismo, también deberíamos fijarnos en la presencia de gluten, ya que las personas celíacas no pueden consumir alimentos con este elemento, ya que la gluteína les produce malestar y, en casos más graves, provocar enfermedades más severas.

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