La presencia del duque de Sussex en Londres, el pasado lunes, no ha dejado ninguna foto para el recuerdo familiar. A pesar de que Harry de Inglaterra acudió a varios actos en la capital británica, y de que su padre, Carlos III, estaba en su finca escocesa de Balmoral, no ha habido reencuentro. Lo que sí ha dejado el príncipe es un sinnúmero de bromas sobre su hija, la princesa Lili.
El menor de los hijos de Carlos III ha viajado esta vez a Londres para participar en una gala de entrega de premios de la Fundación WellChild, con la que lleva quince años de relación. De hecho, es de las pocas que mantienen su contacto con el príncipe tras su salida de la familia real británica.
Antes de la gala de entrega de premios, donde se le vio feliz, Harry se reunió en privado con algunos de los niños premiados en ediciones anteriores. Unos encuentros de los que no trascendió el lugar, debido a la inseguridad que el duque afirma sentir en el Reino Unido.
En una de esas charlas, coincidió con un niño con el que ya había estado en 2019 y observó que llevaba atada a su mantita una jirafa de peluche. Harry preguntó: “¿Es la misma? ¡No puede ser! Todos los padres tienen una de repuesto. Nosotros tenemos al menos seis de repuesto”. Y confesó que su hija Lili tiene el mismo juguete. Cuando nació su hijo mayor, Archie, los duques de Sussex pidieron que los posibles regalos que recibieran se entregaran a cuatro fundaciones volcadas en el bienestar de la infancia y sus familias, entre ellas WellChild.
Tras su paso por Londres y antes de regresar a California, Harry viajará a Lesotho y Sudáfrica, para reunirse también con otras organizaciones con las que trabaja.
