Otoño laboral: un 75% más de empleados séniors en Andalucía

Otoño laboral: un 75% más de empleados séniors en Andalucía

En Andalucía nacen 20.000 niños menos que hace 20 años y el pasado año se batió un nuevo récord de envejecimiento. La comunidad alcanzó el máximo histórico de 116 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. En este contexto, el mercado laboral, como poco, se enfrenta a su otoño en cuanto a mano de obra.

En Andalucía, la población activa mayor de 55 años ha crecido un 74% en la última década y, por primera vez, ya supera las 800.000 personas. Las personas activas (es decir, las que tienen trabajo o lo buscan) mayores de 55 años alcanzan las 816.100 y ya suponen el 19,6% del total de la fuerza laboral en Andalucía (hace 10 años eran el 11,6%), según datos de la Fundación Adecco. Casi el 20% de las mujeres en activo en Andalucía ya supera también los 55 años. Además, Andalucía es la comunidad con mayor número de autónomos mayores de 55 años, un total de 95.090 (mejorando su posición respecto a la primera edición), según la segunda edición del Ranking de Territorios por la Economía Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre. El envejecimiento en Andalucía se ha disparado hasta el 111,8%, el mayor aumento interanual de toda la serie histórica, y la relación cotizante-pensionista aún se sitúa lejos de la tasa que, según los expertos, sería necesaria para superar el déficit contributivo de la Seguridad Social.

Por provincias andaluzas, Córdoba es la que tiene la fuerza laboral más envejecida (23,5% de la población activa supera los 55 años), seguida de Granada (20,6%); Jaén (20,3%); Málaga (19,5%); Cádiz (19,4%); Sevilla (19,2%); Huelva (18,4%) y Almería (16,8%).

Con todo, Andalucía (19,6%) es, junto a Canarias, Comunidad de Madrid, Murcia y Baleares, una de las cinco comunidades autónomas con menor proporción de personas sénior entres sus activos. La media nacional se sitúa en un 20,8%.

Andalucía no escapa de la tendencia del resto de España, donde el envejecimiento de la fuerza laboral es imparable. «El proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo. En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad. Por otra parte, el envejecimiento de la población activa trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país. Existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes. Es urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural», señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

En 2024, las personas activas mayores de 55 años superan, por primera vez, las 800.000 en Andalucía (816.100), un 74% más que hace una década y un 175% por encima de hace veinte años. Con ello, las personas mayores de 55 años han ganado un gran peso en el mercado laboral andaluz (hace una década representaban el 11,6% y hace 20 años eran el 8,9%). El índice de envejecimiento andaluz es de 115,91 mayores de 65 años por cada 100 menores de 15. El último dato publicado, de 2021, supone un aumento superior a 35 puntos respecto al año 2000 (79,22). Más allá, en 1980 era de 34,11. Es decir, 82 puntos menos. En 1975 era de 29,83. Por tanto, en 45 años, a un lustro del medio siglo, la población andaluza ha envejecido 86 puntos. Andalucía contabiliza apenas dos trabajadores por cada pensionista, lo que describe el panorama a corto plazo. En resumen: el índice de envejecimiento se ha elevado del 34,1% de 1980 al 115,9% de 2021.

La tasa de dependencia actual es inferior a la de hace diez años (2,31). Entonces había 7,7 millones de pensionistas y 17,96 millones de ocupados. Desde ese momento, la recesión afectó al empleo y el número de pensionistas mantiene su tendencia al alza. La relación entre cotizantes ocupados y pensionistas pasó su momento más complicado en 2013, con una tasa de 1,95 cercana al 1,9 de los años 90 del pasado siglo. Desde 2013 se fue recuperando poco a poco los niveles de 2011, aunque lejos del máximo de 2,5 afiliados ocupados por cada pensionista de 2006 y 2007.

Según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, cada vez hay más ancianos y menos niños, de 1980 a esta parte, como poco; y, al mismo tiempo, cada vez hay más pensiones y menos personas en edad de trabajar para sostener el sistema.

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