Otra vez, Cataluña ininteligible

Otra vez, Cataluña ininteligible

Felipe González, el martes, en el homenaje a Victoria Prego en la Asociación de la Prensa de Madrid, con la amnistía recién publicada en el BOE dijo que «lo que pasa en Cataluña es ininterpretable». «Es incierto –añadió– lo que pasó ayer, no solo lo que va a pasar». Horas antes, el nuevo presidente del Parlamento catalán, el indepe Josep Rull, había arengado a los diputados con el argumento de que su legitimidad no proviene de la Constitución, «sino de hace mil años». Es, claro, el pasado incierto, remoto y cercano. El futuro en Cataluña, con este presente ininterpretable, parece decidirse en Suiza. Marta Rovira, secretaria general de ERC, huida como Puigdemont, lleva las riendas y tiene un plan. Dirige el partido hasta su próximo Congreso, en otoño, y cree imprescindible una renovación total de líderes y dirigentes, incluidos Junqueras y ella misma. Está convencida de que el batacazo electoral de ERC fue el resultado de su apoyo al PSOE. Tampoco es partidaria, por ahora, de facilitar la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. La decisión dependerá de una consulta con las bases, pero espera –y tiene medios para conseguirlo– que rechacen votar al socialista.

Marta Rovira, desde su autoexilio suizo, piensa en nuevas elecciones –con otros candidatos– en Cataluña, pero también en España. Mientras tanto, en las filas de los socialistas catalanes empieza a cundir el desánimo. Josep Rull propondrá a Salvador Illa para la presidencia de la Generalitat. El que fuera ministro de Sanidad durante la pandemia ha dejado entrever que no aceptará si no tiene amarrados los votos para su investidura. En la Cataluña ininteligible todo puede cambiar en minutos, pero la renuncia de Illa a presentar su candidatura sería quizá el primer paso hacia otros comicios. Es difícil, muy difícil que los indepes, los de ERC o los de Junts aprueben los Presupuestos Generales del Estado que ya prepara la gente de María Jesús Montero, cada día más «hooligan» de su jefe. Otra incógnita es cuánto tiempo se ve capaz Pedro Sánchez de gobernar sin Presupuestos, porque todo también tiene un límite. «Los ciudadanos votan bien, pero sus representantes representan regular», dijo también, en el homenaje a Victoria Prego, Felipe González.