«París-Hollywood», el origen candoroso del erotismo

«París-Hollywood», el origen candoroso del erotismo

Este año hemos asistido, aunque de forma efímera, a la gran amenaza del porno, como puso de relieve una campaña impulsada por el Gobierno que pretendía impedir el acceso de menores a este tipo de contenidos. La historia del erotismo es antigua y siempre ha sido contemplado como algo pernicioso por las autoridades. Sin embargo, si miramos atrás a la historia, vemos ejemplos que hoy nos inspiran más candor que sobresalto. Así era por ejemplo la revista francesa de erotismo suave «París-Hollywood», que fue el primer magazín que se publicó con desnudos totales. Como indicaba el título, las locuras de las estrellas de Hollywood eran un pretexto para publicar fotos de mujeres desnudas: al principio más bien artísticos y luego, sencillas amas de casa en entornos domésticos.

Durante los años 50, la censura francesa y la moral puritana impedían publicar desnudos completos, de manera que esta ingenua pero revolucionaria revista, bautizada en 1953 como «Les folies de París et de Hollywood», se convirtió en la primera de erotismo suave que se vendía con cierta normalidad en los quioscos de Francia, con una tirada de 80.000 ejemplares.

La competencia que trataba de comerle espacio en los quioscos, como «Frou-Frou», «París Cocktail» y «París Tabou», fue desapareciendo a medida que crecía el prestigio erótico de «París-Hollywood». Lo curioso de aquella época, según el fotógrafo de desnudos femeninos Serge Jacques, era las veces que podía ser arrestado por posesión de foto de desnudos sin retocar el pubis de las modelos. Países como Suecia sí permitían las «postales francesas» sin retocar, a pelo, pero cuando la policía hacía una redada y encontraba material obsceno en el estudio, el fotógrafo era inmediatamente detenido. En 1958, Serge Jacques fue arrestado y esposado porque en una de sus fotos podía apreciarse el vello.

[[H2:La llegada de «Playboy»]]

Serge Jacques fue una leyenda en los años 50 y 60. Al acabar la guerra se buscó la vida como fotógrafo. Reunió sus primeros trabajos en un exitoso libro: «La légende de Saint-Germaine-des-Prés», donde se incluyen los retratos de literatos, filósofos y cantantes que acudían al Cafe de Flore, Les Deux Magots y a la Cave de Tabou, donde cantaba Juliette Greco y tocaba Miles Davis. En sus mesas charlaban Jean Cocteau con Boris Vian, Sartre con Prévert, mezclados con el público usual de la «Rive Gauche». Las fotos de Serge Jacques los inmortalizó por primera vez en su libro. También fotografió desnuda a Brigitte Bardot en sus comienzos. En los precarios años 50, para ganarse la vida Serge Jacques comenzó a colaborar con la famosa revista y las modelos eran al principio amigas del fotógrafo. Más tarde recurrió a coristas del Folies Bergères, Crazy Horse y Le Carrousel. Con un desnudo doble en la página central.

Las diferencias de sus fotos y las de «Playboy», aparecido en 1953, son aplastantes. «Playboy» reclutaba sus modelos entre jóvenes que se presentaban a sus concursos y las inmortalizaba con una «centerfold», página triple desplegable a todo color, como la vecina de al lado. Además, «Playboy» se editaba a todo color, sobre un papel cuché de gran calidad y no como «París-Hollywood, que utilizaba pasta de papel de peor gramaje. Uno de los mayores éxitos de «París-Hollywood» fue la sección de «la pin-up déshabillable», lanzada en 1949. Un sistema curioso de burlar la censura. La mayoría de estas imágenes eran dibujos del pintor Roger Brard, que debía idear cada quincena distintas triquiñuelas para desnudar a las pin-up con candoroso ingenio. Las páginas centrales la ocupaban estas pin-up pintadas por Roger Brard y cubiertas con una hoja de papel cebolla traslúcido que al levantarla «desnudaban» a las chicas.

La revista se editó entre 1946 y 1973. En el momento de mayor esplendor, Serge Jacques y Serge de Sazo debían realizar tres estriptís por número, además de la portada. Durante la posguerra, las fotos se editaban viradas en sepia, pero con el aumento de ventas comenzaron a utilizar una tricomía: azul, negro y rojo anaranjado. Aunque se editó hasta 1973, sus días estaban contados desde la aparición de la lujosa revista «Playboy», que evidenciaron el candor camp y el regusto kitsch de la veterana «París-Hollywood».

El sexo de los ángeles

Durante el franquismo, las revista eróticas estuvieron prohibidas en España. En la aduana se registraban las maletas para requisar las revistas francesas, hoy piezas muy buscadas por los coleccionista. «Paris-Hollywood» desnudaba a las modelos, pero la censura les obligaba a retocar el pubis. Lo que conseguían los censores era lo contrario: centrar la mirada en ese lugar donde se manifestaba tan notoria ausencia pilosa. Un candoroso ingenio que acercaban este tipo de imágenes al sexo de los ángeles. Hoy, «Paris-Hollywood» produce estupefacción por su ingenuidad y son piezas dignas de estudio antropológico.

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