Paseos por el callejero de Barcelona durante la Guerra Civil

Paseos por el callejero de Barcelona durante  la Guerra Civil

Con el paso del tiempo, el callejero barcelonés ha vivido no pocas modificaciones, muchos de ellos relacionados con los cambios políticos y sociales que ha vivido la ciudad. Pongamos nuestra lupa sobre un momento concreto, como es tras el primer año de la Guerra Civil. ¿Cuáles eran los nombres de las principales vías de la capital catalana? El nomenclátor fue modificado el 16 de septiembre de 1937 en sesión celebrada en el Ayuntamiento. Para poder pasear por esas calles contamos con una herramienta importante puesta en marcha por la página web del Arxiu Nacional de Catalunya y que nos permite bucear por ciudades y pueblos catalanes durante ese complicado periodo histórico.

Cabe decir que la toponimia es una tradición que se remonta a tiempos medievales, momento en el que usaba el santoral para bautizar calles y plazas. Sin embargo, ya avanzada la contienda bélica prácticamente no quedaba nada de todo eso. El anarcosindicalismo quiso eliminar toda referencia religiosa en el callejero, hecho que logró en ese tiempo.

Visitemos ahora aquella Barcelona. Si entramos por lo que hoy llamamos como Avenida Diagonal, en 1937 descubriremos que era la avenida del 14 de abril, el día en el que se proclamó oficialmente en toda España la Segunda República. Tomemos esa vía y si nos acercamos hasta lo que es el Paseo de Gràcia veremos que el paseo estaba dedicado al recuerdo del político Francesc Pi i Margall, quien fuera el único presidente catalán que tuvo la Primera República.

La plaza de la Sagrada Familia, por aquello de las simpatías que había hacia la Unión Soviética, estaba dedicada a Ucrania. La influencia soviética era extremadamente evidente en esa Barcelona que trataba de salir adelante gracias a la ayuda rusa que llegaba gracias a los acuerdos logrados por el gobierno de la República. De esta manera, la avenida de la Meridiana era la Gran Vía de la U.R.S.S. mientras que la calle del Carme se había cambiaba por Kropotkin, uno de los principales teóricos del anarquismo. Por su parte, lo que hoy conocemos como la Avenida Icaria era en aquel 1936 para la Revolución Social.

La plaza Palau lo estaba muy curiosamente al intelectual granadino Ángel Ganivet, una figura que ha sido vista como precursor de la llamada Generación del 98. Otro autor de Granada, Federico García Lorca, asesinado a mediados de agosto de 1936 por los sublevados de su ciudad, era homenajeado en Barcelona al ceder su nombre para lo que hasta poco antes era la calle del Bisbe. A otro artista asesinado en esos días, el aragonés Ramón Acín se le destinaba la calle Baix de Sant Pere.

La plaza que hoy llamamos Francesc Macià poco antes del inicio de la contienda bélica era para Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la Segunda República. Con el estallido de la guerra, la estrella del político andaluz, sustituido en el cargo por Azaña, había caído en desgracia. Es por eso que Barcelona decidió dejar de homenajear a Alcalá Zamora destinando esa plaza a los controvertidos hermanos Miquel y Josep Badia, asesinados en abril de ese 1936 por pistoleros de la FAI en respuesta a la campaña del primero de ellos contra el pistolerismo. Con la llegada del franquismo, esta plaza se destinó a otro asesinado, el político monárquico José Calvo Sotelo, cuya muerte fue la excusa perfecta que querían los conspiradores para iniciar el golpe de julio de 1936.

Otros hermanos, fuertemente relacionados con el anarcosindicalismo, eran los Ascaso y para ellos fue la plaza de la Barceloneta. Uno de ellos, Francisco Ascaso, figura clave de la CNT de ese momento, fue asesinado de un disparo el 20 de julio de 1936 durante el asalto al cuartel de las Atarazanas.

La Ronda de Sant Antoni se destinó a Fernando Tarrida del Mármol, un escritor y activista anarquista cubano de origen español, relacionado con Barcelona al ser uno de los juzgados en los conocidos como procesos de Montjuïc de 1896. Para otra figura del anarquismo, el gaditano Fermín Salvochea, fue otra ronda, la de Sant Pere en esa Barcelona que trataba de seguir adelante pese a las muchas balas disparadas.

Please follow and like us:
Pin Share