Patrimonio, naturaleza y gastronomía, principales atractivos de la villa medieval mejor conservada de España

Patrimonio, naturaleza y gastronomía, principales atractivos de la villa medieval mejor conservada de España

España cuenta con numerosos rincones bellísimos que año tras año reciben a numerosos visitantes de todo el mundo. Pero muy pocos reúnen, entre sus principales atractivos, un incomparable patrimonio monumental, una riqueza paisjaística sin igual, y una gastronomía de primer nivel. Uno de los municipios privilegiados que cuenta con todos estos atractivos es la villa medieval mejor conservada de nuestro país.

Pasear por las callejuelas de estos pueblos medievales es
retroceder en el tiempo y descubrir qué esconden sus piedras y sus sitios de
interés siempre un placer. Son conjuntos históricos amurallados que presumen de
contar con plazas empedradas, iglesias muy antiguas y unos baluartes y muros
que dan fe de su importancia siglos atrás. Pequeñas joyas arquitectónicas que
merece la pena conocer, sobre todo por su patrimonio, aunque muchas de ellas
también presumen de poseer una gastronomía rica en sabores, una judería
singular o un gran baluarte que lo arropa todo.

Todas estas características las reúne la villa medieval
mejor conservada de España, que es la Segoviana de Pedraza, que el buen hacer
de sus dirigentes, por la recuperación de su patrimonio le ha permitido contar
con la declaración de Conjunto Monumental en 1951, ha sido distinguida por los
premios “C” de Turismo de Castilla y León en 1993 y Premio Europa Nostra en
1996, y ha sido elegido el pueblo más bello de Castilla y León en 2019.

 

La verdad es que es fácil tener todos estos reconocimientos
por la belleza que caracteriza a este municipio, cuya primera referencia de él
se tiene en el siglo IV antes de cristo, ya que en la explanada del castillo se
han encontrado restos de cerámica realizada a mano que podrían ser de
poblaciones celtas.

El pueblo vivió su verdadero esplendor durante la Edad
Media. Desde mediados del siglo XIV, Pedraza fue un dominio señorial, algo que
se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX. Durante ese periodo, en la villa se
construyeron gran cantidad de casas nobles cubiertas de blasones.
Concretamente, entre los siglos XVI y XVII, el pueblo estuvo en su momento de
auge, gracias a la exportación de lana. Los talleres segovianos se hicieron
famosos en toda España y la lana castellana abastecía talleres de ciudades del
Viejo Continente como Brujas y Florencia.

A dia de hoy, gracias al trabajo de restauración de muchas
de sus casas y al gran cuidado que tienen sus vecinos, Pedraza puede presumir
de ser uno de los pueblos más bonitos de España

Se trata de un excelente lugar para pasear, hacer compras,
comer o hacer noche en un entorno privilegiado de quietud y autenticidad.
Situada a 1.073 metros de altitud en el piedemonte segoviano, el promontorio pétreo
en el que actualmente se asienta la población está orillado por los arroyos San
Miguel y Vadillo que poco más abajo confluyen y se convierten en el Cega.

Patrimonio monumental

La localidad segoviana cuenta con numerosos atractivos
turísticos, al mantener su esencia medieval.

Plaza Mayor

Es la quintaesencia de la Villa. Una plaza castellana hasta
la médula, que se ha ido formando poco a poco a lo largo de los años.
Irregular, algo anárquica y bastante destartalada, es una plaza hecha a
retazos, con derribos aprovechados.

Nadie la diseñó y es hermosa, una de las plazas mayores más
hermosas de España. El conjunto más llamativo son las casas porticadas frente a
la iglesia. Originalmente dos casas del siglo XVI convertidas luego en cuatro
viviendas. Los soportales se añadieron con posterioridad una vez que los
señores feudales abandonaron el castillo al perder sus privilegios sobre la
Villa. De hecho, los fustes y capiteles de las columnas pudieran proceder del
propio castillo.

 

La Calle Real

Nunca mudó su nombre. Es evidentemente la espina dorsal del
pueblo. Conduce hasta la Plaza Mayor y desde allí la calle Mayor apura hasta el
castillo. Los edificios más notables están en esta “milla dorada”; enseguida
llama la atención una casa con balcón de esquina: es la llamada casa de
Pilatos, un caserón del siglo XVI que perteneció a la familia Ladrón de Guevara.

Enfrente, obligando a la calle Real a hacer un quiebro, se
asienta otra de las casas pedrazanas con más sabor cuyo último de sus tres
pisos es un entramado de madera y ladrillo característico del medievo. En el
último tramo antes de llegar a la Plaza Mayor y en su lado impar se hallan los
escudos de los Pérex, de los Salcedo, de los Velasco y Ladrón de Guevara,
familias que lo ocuparon a comienzos del siglo XVIII.

Puerta o Arco de la Villa

Es la única puerta de acceso al municipio. Portones de álamo
negro. Arco con dibujo de ladrillo mudéjar. En la parte superior central,
escudo del Señorío de Velasco. En las paredes, a ambos lados de la puerta,
esgrafiado.

Cárcel de la Villa

Edificio medieval del siglo XIII y reconstruido en el siglo
XVI propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza que se abrió al
público el 1 de abril de 1994 gracias al esfuerzo de la Fundación Villa de
Pedraza, que desde entonces la gestiona y cuyos guías colaboradores se ocupan
de mostrarla. Podrá ver cómo era una mazmorra, el cepo de pies para inmovilizar
a los presos, un grillete para el cuello, la gran chimenea con escudo, los
retretes de “caída libre”, las lóbregas mazmorras de los pisos bajos y las
originales celdas de madera, el camastro de los presos y un largo etcétera.

 

Castillo

El castillo es una fortaleza edificada en el siglo XIII y
reedificada en el siglo XV. De ese siglo es la torre del homenaje. Dentro del
castillo, en la escalera que da paso al aljibe, se conserva el escudo de los
Herrera, anteriores a los Fernández de Velasco. Los duques de Frías,
condestables de Castilla, volvieron a reformarlo en el siglo XVI de donde data
la estructura que actualmente se ve. A este castillo se vinculan sucesos
históricos como la prisión de los hijos del rey de Francisco I de Francia desde
1525 a 1529 y también alguna que otra leyenda. En 1926, cuando lo adquirió el
pintor Ignacio Zuloaga, el interior del castillo estaba arruinado, y puso en marcha un museo.

Este verano ha sido noticia, ya que se puso en venta y ha
sido comprado por un grupo inversor del que forman parte entre otros, el cineasta Santiago
Segura y el humorista José Mota, que pretenden impulsar este recinto.

Iglesia de San Juan Bautista

Situada en el lado sur de la
Plaza Mayor, deja apreciar restos de su original estilo románico, como su
altiva torre con arquería en su cima y el ábside que ahora se puede apreciar
desde la pequeña plaza recuperada para regocijo del visitante a la que se tiene
acceso desde la Plaza Mayor a través de un pasadizo situado casi bajo la torre.
El antiguo estilo románico sufrió un revestimiento que ha dotado al interior
del templo de un singular encanto. La pila bautismal es una notable pieza
románica del siglo XIII.

 

Iglesia de Nuestra Señora de las Vegas

Este templo se
construyó sobre los restos de otro romano y de una basílica paleocristiana, a
finales del siglo XI y principios del siglo XII. En el año 1969 fue declarada
Monumento Nacional.

Atractivos naturales

Pero Pedraza no es solo patrimonio natural, su ubicación en
un paraje natural único permite que los visitantes puedan llevar a cabo
numerosas iniciativas, entre ellas rutas senderistas

Senda de los Pescadores

El recorrido se inicia y finaliza en La Velilla. Su longitud
es de 10 kilómetros aproximadamente y la duración es de 4 horas. El interés de
la ruta es paisajístico y natural. La época recomendada para hacerla es todo el
año pero particularmente en Otoño. El nivel de dificultad es media. Es una ruta
circular de ida y vuelta.

El tipo de camino es camino y senda. Se puede hacer en
familia con niños, ya que es divertida por las pasarelas, escaleras, puentes,
etcétera que encontramos a lo largo del recorrido. Estos pasos de pasarelas,
escaleras de madera, etcétera llevan la ayuda de pasamanos de cadenas que
ayudan al paso. La ruta está perfectamente indicada son señales de madera con
los colores blanco y amarillo.

 

Ruta por la antigua carretera de Turégano a Predraza

El Guijar y Valdevacas – Arahuetes – Pedraza: La ruta se
inicia en Valdevacas y finaliza en Pedraza. Su longitud es de 11 kilómetros y
la duración es de cuatro horas. El interés de la ruta es natural, paisajístico
e histórico- cultural. La época recomendada para hacerla es primavera y otoño.
El nivel de dificultad es media. Es un camino poco marcado. Antigua carrera de
Turégano a Pedraza, que enlazaba con Aldealengua y pasaba a Lozoya por el
puerto.

Camino de San Frutos

Es una ruta por el nordeste de Segovia de 77 kilómetros. Empieza
en Segovia y finaliza en la ermita de San Frutos. Es un camino de peregrinación
de alto interés paisajístico y cultural y funciona como eje vertebrador y de
desarrollo económico de los núcleos de población por los que discurre. Cuenta
con dos itinerarios: el original (77 km) y otro alternativo que cuenta con un
tramo no coincidente con el principal de 58,2 km. Ambos comienzan en la
Catedral de Segovia y discurren por Zamarramala, La Lastrilla, Espirdo,
Tizneros, Torrecaballeros, Basardilla, Santo Domingo de Pirón, Sotosalbos y
Pelayos del arroyo (punto donde se separan).

 

El camino alternativo continúa por Tenzuela, Carrascal de la
cuesta, Caballar, Muñoveros, Puebla de Pedraza, Cabezuela y Cantalejo, para
concluir en Sebúlcor, donde enlaza con el despoblado de San Miguel de Neguera y
de nuevo con el camino original en Villaseca, para llegar a la Ermita de San
Frutos.

Rica Gastronomía

Pedraza está considerado como uno de los pueblos donde se
come el mejor lechazo de España, ya que es una tierra que se caracteriza,
gastronómicamente hablando, por la exquisitez de sus asados.

Y es que la localidad segoviana asentó sus inicios
gastronómicos en los corderos asados para feriantes y los guisos de la fonda.
Hoy ejerce una fascinación casi mágica entre los excursionistas que ofician el
rito de los antiguos tratantes; pero también entre los gourmet más avezados que
gustan de combinar sabores nuevos en un entorno exquisito, donde lo viejo y lo
nuevo se tienden la mano. En repostería destacan los soplillos, el ponche
segoviano y una muy variada bollería, todo elaborado artesanalmente en los
hornos de nuestras tahonas.

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