«Polvo, niebla, viento y sol» y los socialistas de Aragón

«Polvo, niebla, viento y sol» y los socialistas de Aragón

José Antonio Labordeta (1935-2010), con su voz inconfundible, recia y quebrada, cantaba «polvo, niebla, viento y sol/ y donde hay agua, una huerta;/ al norte los Pirineos,/ esta tierra es Aragón». La historia y la geografía han colocado a Aragón, entre Cataluña y el País Vasco, con Navarra en medio. Poco poblado, tiene escasa relevancia electoral. Aporta 13 diputados al Congreso, es decir, apenas el 3,7% de sus señorías que, casi siempre se repartieron PSOE y PP, mientras que un escaño solía quedar para el PAR (Partido Aragonés Regionalista) o, más tarde, para la Chunta, de la que fue diputado el propio Labordeta. La media docena de parlamentarios populares o de socialistas pintaban y pintan poco. En la democracia apenas ha habido seis ministros aragoneses –la mayoría no por su origen–y una presidenta del Congreso.

Pedro Sánchez es el secretario general del PSOE que ha tenido más poder en el partido y pretende, tras el próximo Congreso, que sea absoluto. Para lograrlo intenta colocar a fieles al frente del PSOE de cada comunidad autónoma. Aragón no es una excepción. El inquilino de La Moncloa quería situar a la ministra Pilar Alegría –abrasada como portavoz, pero esa es otra historia– al frente de los socialistas en Aragón, en sustitución de Lambán, que se retira y con el que ha tenido más de un rifirrafe derivado del enredo indepe catalán. El presidente pensaba que todo estaba encarrilado hasta que, ¡sorpresa!, los socialistas de Zaragoza y Teruel se han plantado y reclaman financiación justa y que se respeten sus listas electorales. Un órdago, al jefe, que va más allá. En La Moncloa quizá no lo entiendan. Tampoco recordarán que Hipólito Gómez de la Roces, presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza –más tarde diputado del PAR–, en los estertores del franquismo, insólito en aquellos tiempos, sacó a decenas de miles de aragoneses a la calle contra el proyecto del trasvase del Ebro a Cataluña. El Plan Hidrológico también le pasó factura a Aznar en Aragón. Ahora, el anuncio de un «concierto» para Cataluña, vuelve a aglutinar a los aragoneses. Lambán lo sabe y nadie, como Pilar Alegría, que apoye el acuerdo PSE-ERC tiene recorrido político en Aragón y Sánchez no pudo o no quiso enterarse. Los votantes aragoneses del PSOE quizá no se vayan al PP o a otro partido, pero se quedarán en casa antes que respaldar a quien no se plante ante el concierto catalán. Es la España plural. «Dicen que hay tierras al este (Cataluña),/ donde se trabaja y pagan./ Hacia el oeste el Moncayo/como un dios que ya no ampara/», insiste con rasmia Labordeta al fondo.

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