Póntelo fácil en julio: 11 platos únicos sin encender el fuego

Póntelo fácil en julio: 11 platos únicos sin encender el fuego

Si el verano ha pasado de ser un piscineo infinito con tardes a la sombra comiendo pipas y polos a un momento en el que necesitas vacaciones hasta de ti, no te apetece hacer nada porque el calor te deja KO y además tienes que alimentar a más gente mediodía y noche con el fin de curso, lo sentimos pero te has convertido oficialmente en una persona adulta. Respecto lo primero no podemos hacer mucho -excepto solidarizarnos, porque estamos igual-, pero en lo de comer bien hasta con el cerebro fundido, esperamos que sí. La sección “póntelo fácil” está aquí para ayudarte a optimizar recursos, tener a mano fórmulas, ingredientes o técnicas que nos ayudarán a comer bien con ingredientes de temporada sin dejarnos ni el sueldo ni media vida en ello.

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Más fácil todavía

Tanto el cuscús como el bulgur pueden encontrarse fácilmente en versión integral, más saludable y saciante que la refinada. Tardan un poco más de tiempo y necesitan un poco más de líquido para quedar bien hidratadas, algo que se puede solucionar subiendo el volumen de agua a 1,5 y dejándolo en la nevera el día antes. Si finalmente queda un poco de líquido -la proporción en este caso no es exacta, y depende de muchas cosas-, ponlo sobre un colador de malla fina mientras preparas el resto de ingredientes para eliminarlo y que se temple un poco.

Untables que no necesitan fuego como el labneh o el tofummus antes mencionados, u otros como el hummus son una base perfecta para cenas de picoteo, pero también sirven para montar ensaladas, se pueden usar como salsa si se aligeran con un poco de aceite, vinagre y/o zumo de limón, salsa de soja o simplemente agua si queremos una textura más ligera pero no sabores añadidos. Si quieres preparar una buena cantidad para solucionar bastantes comidas, y a la vez no aburrirte de comer siempre lo mismo, haz una versión básica y tunéala cada vez con especias o hierbas secas -pimentón, tomillo, romero, za’atar, curry-, cualquier aromática fresca que tengas a mano, ralladuras de cítricos o frutos secos picados.
Prepara dos o tres veces más cebolla roja marinada en limón -la que se usa en la ensalada de cuscús con melón- y guarda el resto en la nevera, podrás usarla en bocadillos, otras ensaladas, tacos o para rematar sopas frías. Su textura cambiará un poco con el paso de las horas, y dura en perfectas condiciones hasta tres días (aunque seguro que te la comes antes).

Si dejas desaguar el yogur del labneh durante dos días; haces bolitas del tamaño de una nuez con este labneh concentrado y las rebozas en una mezcla de comino, tomillo y sésamo -lo que vendría a ser za’atar casero-, conseguirás una especie de queso fresco que se conserva bien varios días en un tarro con aceite en la nevera. Puedes servirlo como picoteo, en ensaladas o untarlo en pan tostado.

Tener la nevera llena de fruta lista para comer mejora un 200% la existencia en los meses de verano. No solo para tenerla fácilmente a mano y disfrutarla a cualquier hora, sino también para añadirla a las ensaladas o el yogur del desayuno. Desde un táper con melón y sandía en trozos o melocotones con menta y un chorrito de limón hasta un bol con ciruelas, nectarinas o cerezas fresquitas son un éxito asegurado.