Póntelo fácil en octubre: 10 platos de toda la vida con una vuelta para mejorarlos

Póntelo fácil en octubre: 10 platos de toda la vida con una vuelta para mejorarlos

Ah, el otoño, con sus calabazas clamando por existir más allá de la crema, la vuelta de las extraescolares, las lluvias cortas ideales para que la ropa se quede una semana en el tendedero, las primeras noches frescas que dan ganas de sopa, los últimos tomates tardíos porque de día aún hace calor, y los resfriados tontos como consecuencia de vivir entre una cosa y la otra. Un buen momento para parar un rato a cocinar, desconectar y darnos amor con la comida de toda la vida (seguramente por ese superpoder los angloparlantes le llaman comfort food). En la sección “póntelo fácil” queremos ayudarte a optimizar recursos, tener a mano fórmulas, ingredientes o técnicas para comer bien con ingredientes de temporada sin dejarte ni el sueldo ni media vida en ello.

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Más fácil todavía

Puedes preparar más manzanas asadas con el mismo sistema y, en lugar de servirlas como postre, usarlas como acompañamiento para carne de cerdo, pollo o pato. También quedan perfectas en una ensalada de cuscús con pasas, nueces y queso fresco, bien aderezada con perejil y una vinagreta de limón.
El rebozado aireado también puede usarse con verduras y carnes siempre que tengan un grosor correcto y no suelten mucha agua. Del mundo vegetal podemos probar con pimiento rojo o verde en tiras, espárragos, bastones de berenjena o calabacín. Como carnes, tiras o filetes finos de pechuga de pollo, pavo, lomo o ternera. 

Puedes usar legumbres cocidas o restos de un guiso para engordar cualquier crema de verduras o hacer una versión exprés con las de cocción más corta sin tener que esperar a que se cocine la patata. Este método también sirve para dar salida a las legumbres de hollejo grueso, más pesadas y flatulentas. Al romper esa piel, responsable en gran parte de la dificultad de digestión, el proceso será mucho más sencillo y menos… gaseoso. 

Convertir el arroz graneado con verdura en una comida completa es fácil. Puedes ponerle tomate frito y huevo y convertirlo en arroz a la cubana, usarlo para acompañar una pechuga de pollo o pescado a la plancha y servir de base a cualquier estofado que no lleve patata ya incorporada.  

Si vas a comprar pescado fresco grande como merluza o bacalao para rebozar, mira si las piezas enteras tienen mejor precio, pide que te las corten y preparen a tu gusto -o hazlo en casa si tienes tiempo y ganas- y congela. Las espinas, la cabeza, la piel y cualquier otra sobra, junto con unas cuantas pieles de zanahoria, tomate y cebolla, harán un estupendo caldo o fumet de aprovechamiento para un arroz seco o una sopa de pescado. 

Puedes preparar el doble de base para la sopa jardinera y tener otra cena casi lista. Solo tienes que escaldar las verduras unos segundos y después pasarlas por agua helada antes de congelarlas.

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