Por qué se apagan las luces de cabina en un avión al despegar y aterrizar

Por qué se apagan las luces de cabina en un avión al despegar y aterrizar

Si viajas en avión, es posible que en alguna ocasión te
hayas preguntado por qué se atenúan las luces en la cabina de pasajeros
durante el despegue y aterrizaje. Hay varias razones para ello y todas
tienen que ver con su seguridad, la de la tripulación, y con el hecho de que,
estadísticamente, es en estos momentos cuando se producen la mayoría de accidentes aéreos.

Según un estudio de Boeing que analizó los ocurridos
durante casi medio siglo, entre 1959 y 2007, el 33% de los que tuvieron
víctimas mortales se dieron al despegar y otro 33% al aterrizar. El 34%
restante se reparte entre los acaecidos durante la maniobra de descenso (15%),
encontrándose en tierra (10%) y solo un 9% mientras el avión volaba a velocidad
de crucero. El aterrizaje y el despegue son los momentos más críticos de un
vuelo y eso obliga a maximizar la seguridad durante estos procesos. Lo que nos
lleva al porqué se apagan las luces de cabina en esos momentos y por qué es
lo mejor para los pasajeros, lejos de una incomodidad.

Desde el punto de vista normativo, este procedimiento está respaldado
por las regulaciones internacionales de aviación y se siguen en todas las
aerolíneas. La normativa establece que las luces de cabina deben ajustarse
para asegurar que, en caso de una emergencia, la evacuación se pueda
realizar de manera rápida y segura, minimizando cualquier riesgo adicional.
Atenuar la luz ayuda a este objetivo por varias razones.

La primera es que se gana tiempo ante una posible
eventualidad en la que haya que reaccionar de forma rápida si los pasajeros
ya tienen sus ojos adaptados a la oscuridad. El ojo humano se adapta más
rápidamente a un entorno luminoso que oscuro, este último un proceso que tarda
en completarse entre 10 y 30 minutos.

Este ajuste es crucial, ya que, en
caso de una evacuación de emergencia, la capacidad de ver claramente en
condiciones de poca luz puede marcar la diferencia entre una salida exitosa y
una tragedia. Además, en la circunstancia de que el entorno exterior no
esté iluminado, bien por el lugar o la hora del día, el contraste será menor
y ayudará a evitar la desorientación de los pasajeros y permitir una rápida
y ordenada salida del avión.

Otra razón es que, con la cabina en penumbra, las luces
de emergencia y las señales de salida se destacan con mayor claridad. Estas
indicaciones son vitales en situaciones críticas para guiar a los pasajeros de
manera eficiente y rápida. En un ambiente oscuro, cualquier luz se vuelve una
guía clara y directa, algo esencial en momentos de pánico y confusión. La
Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos estableció en 90 segundos el
tiempo máximo en que debe llevarse a cabo una evacuación. Esto es
porque es el tiempo que se calcula para que la atmósfera de la cabina se vuelva
irrespirable en caso de incendio.

Disminuir la luz también ayuda a reducir las
distracciones entre los pasajeros y que estos presten mayor atención a las
instrucciones de seguridad, evita los reflejos en las ventanas que
puedan confundir en una situación de emergencia y predispone al pasaje a un
estado de mayor alerta que puede permitir ganar unos segundos preciosos en
una emergencia.