¿Por qué seguir rutinas es esencial para el bienestar de los niños?

¿Por qué seguir rutinas es esencial para el bienestar de los niños?

La rutina no tiene por qué ser sinónimo de monotonía si se plantea con flexibilidad, pero la perseverancia es fundamental para que surta el efecto esperado y cree en los niños una sensación de solidez y estabilidad en su día a día. El caos provoca en toda la familia tensión y estrés. Se convierte en un círculo vicioso: los padres no marcan una agenda adecuada para estructurar la actividad de los niños y estos se descontrolan y trasladan, a su vez, nerviosismo a sus progenitores. “La creación de rutinas es un proceso necesario y muy beneficioso para el desarrollo evolutivo desde el inicio de la vida; a los bebés les gusta la repetición, y desde ahí se empiezan a instaurar sus rutinas, siempre en contacto y acompañados por sus figuras de apego o referencia”, explica Gema López, psicóloga general sanitaria especialista en infancia y familia.

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Las rutinas por edades

Los hábitos a instaurar en la vida de los niños deben estar acordes a la capacidad que tienen según su edad, con indicaciones como las que aporta el psicólogo y pediatra Darío Fernández:

De 0 a 3 años: las pautas y horarios se centran en el descanso, la alimentación e higiene. Tener unos horarios muy similares a la hora de dormir o comer y para los momentos de lavarse los dientes o bañarse.
De 3 a 7 años: mantener las mismas costumbres que cuando el niño era más pequeño, pero añadir la faceta de la autorresponsabilidad, en aspectos como preparar la mochila antes de ir al colegio o tareas domésticas, como poner y quitar la mesa.
De 7 a 12 años: ampliar paulatinamente el área de responsabilidades, como a la hora organizar la agenda para hacer los deberes escolares de forma autónoma, aunque esté siempre disponible la supervisión y el apoyo de los padres.

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