Prevención para un futuro saludable

Prevención para  un futuro saludable

La salud es el bien más preciado que tenemos como sociedad. Parece increíble pensar que un bebé nacido en las últimas décadas del siglo XIX en España tan solo podía llegar a vivir una media de entre 25 y 30 años. Nadie habría imaginado por aquel entonces que nuestro país triplicaría esos datos, posicionándose como una de las naciones con mayor esperanza de vida del mundo.

En el marco del día internacional de las personas mayores, que se conmemora cada 1 de octubre, y al contrario de lo que sucedía hace dos siglos, podemos imaginar el futuro e identificar las claves que nos permitirán seguir añadiendo años a la vida y vida a los años. Y es que es importante señalar que vivir más tiempo no significa necesariamente vivir mejor. Así lo indican datos como los del INE del 2021, que afirman que el número de años de vida con buena salud al nacimiento en nuestro país fue de 62 años en las mujeres y 63 en los hombres, o los de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, que señalan que siete de cada diez personas mayores de 65 años presentan al menos una enfermedad crónica.

Estos datos evidencian que, para seguir avanzando, necesitamos adelantarnos a la enfermedad, invertir en prevención y generar entornos saludables que mejoren la calidad de vida. Sobre todo si tenemos en cuenta que enfermedades que afectaban en gran medida a las poblaciones de mayor edad ahora afectan también a los más jóvenes, con ejemplos claros como el cáncer, donde la aparición temprana ha aumentado casi un 80% en las últimas tres décadas, según un estudio publicado en la revista «BMJ Oncology».

Recientemente, Ursula von der Leyen presentaba las prioridades para este nuevo mandato en la Comisión Europea, incluyendo la prevención en salud como uno de sus objetivos. Esta priorización debe servir como reflexión para entender qué políticas e inversiones debemos priorizar para construir sistemas sanitarios basados en la prevención y promoción de la salud. Cuestiones como el desarrollo de nuevos antibióticos, el foco en la inmunización y la vacunación del adulto o la implementación de nuevas estrategias de diagnóstico precoz son temas capitales para asegurar nuestro bienestar.

Invertir en prevención no solo se traduce en una mejor calidad de vida, sino que también permite generar ahorros y mejorar la eficiencia. Tal y como indica un reciente informe desarrollado por expertos europeos de los ámbitos de la economía y de la salud, cada euro invertido en salud preventiva genera un retorno económico de 14 euros, y en el caso de la inmunización de adultos el retorno es 19 veces mayor que la inversión inicial. Sin embargo, actualmente solo un pequeño porcentaje de los presupuestos sanitarios se destina a la prevención (0,5%) pese a que las enfermedades prevenibles ya cuestan a las economías del G20 un billón de dólares en pérdida de productividad anual entre las personas de 50 a 64 años, según datos del International Longevity Center.

La pandemia evidenció la necesidad de reforzar nuestros sistemas. Ahora es momento de aprender del pasado y repensar cómo posicionamos las prioridades en salud. En GSK tenemos muy claro nuestro papel, nuestra responsabilidad y la enorme oportunidad que tenemos como compañía biofarmacéutica en el ámbito de la prevención.

Nuestra ambición es impactar positivamente en la salud de 2.500 millones de personas a finales de 2030, y creemos que poner la prevención en el centro de la innovación es la mejor forma de lograrlo. Con la mayor cartera de vacunas del mundo y con medicamentos que no solamente buscan tratar, sino prevenir el empeoramiento de las enfermedades, seguiremos contribuyendo a desarrollar nuevas soluciones que fomenten el desarrollo social, económico y sanitario de nuestra sociedad.

Sí, mantener una vida saludable requiere intervenciones sanitarias, pero también cambios en el estilo de vida y responsabilidad individual en el cuidado de nuestra salud. Aunque envejecer es una parte natural de la vida y no podemos detener el paso del tiempo, sí podemos incidir en cómo nos hacemos mayores.

La clave pasa por redoblar esfuerzos y cooperar desde todas las instancias para favorecer un marco que promueva la educación en salud desde la infancia, que facilite la promoción de entornos saludables y que priorice sistemas sanitarios basados en la prevención. Y en esta misión, compleja e ilusionante, es en la que continuaremos trabajando desde GSK a través de la ciencia y la innovación.

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