Princesa de Gales: lo primero es lo primero

Princesa de Gales: lo primero es lo primero

Dicen que lo primero es lo
primero. Pero qué difícil es, a veces, identificar qué es lo primero. Eso se
llama conocer el orden de prioridades. En la vida eso es importante,
fundamental. Los médicos sabemos bien que sólo cuando realmente falta la salud
es cuando tomamos conciencia de la relevancia de ese bien. A mi me pareció muy
evidente y comprensible que la Princesa de Gales no quisiera revelar con lujo
de detalles su enfermedad y tratamiento en los primeros tiempos de su
enfermedad. No tenía por qué. El hecho de que realice una función de servicio
al Estado, al Reino Unido, no justifica en modo alguno que deba airear sus
problemas de salud. Dijo lo que quiso decir cuando quiso hacerlo. Respetemos
eso. El paciente es el dueño y señor de sus decisiones en ese ámbito.

Naturalmente, el afán enfermizo
de algunos por hurgar y escudriñar hasta en lo más íntimo de las personas
reales no entendió esa discreción y contención en los comunicados y en los
datos de salud de la princesa. La princesa Kate ha estado en la final masculina
del torneo de tenis de Wimbledon, acompañada de su hija la princesa Charlotte y
de su hermana Pippa Middleton. Era la segunda ocasión en que se la veía en
público tras su diagnóstico de cáncer. En junio pasado estuvo en el Trooping
the Colour. Apariciones públicas en cómodas y pequeñas dosis, como debe ser en
quien está siendo sometida a un tratamiento oncológico.

Guillermo, príncipe de Gales, ha
estado muy ausente de funciones públicas y apariciones en los medios en este
verano. Es normal. También en su caso lo primero es lo primero y la salud de su
esposa prevalece sobre cualquier obligación de representación. Sus funciones
oficialmente reconocidas son las de apoyar al monarca tanto en el Reino Unido
como en el exterior. Lo hace, entre otras cosas, a través de diversas
actividades caritativas, humanitarias y sociales. Por ejemplo, él mismo fundó United
for Wildlife, cuando aún era Duque de Cambridge, con el fin de dificultar
al máximo el transporte, financiación y beneficios del tráfico ilegal de
productos de la vida salvaje. En el mismo sentido, se ocupa de proyectos como Homewards,
The Passage y Centrepoint, dedicados a la protección de personas sin
hogar. Con la Princesa de Gales ha apostado también por apoyar campañas en pro
de la salud mental, como Heads Together. Naturalmente los Príncipes de
Gales son patronos de infinidad de organizaciones y sus actividades caritativas
personales las encaminan a través de The Royal Foundation.

Pero los Príncipes de Gales son
conscientes de que, para servir bien al Estado, su salud es prioritaria. Por
tanto, y máxime en período veraniego, lo lógico es que se tomen un tiempo para
descansar y reponerse. La residencia oficial de los Príncipes de Gales es el
Palacio de Kensington. Por otra parte, los lugares favoritos de vacaciones de
la real pareja y sus hijos los príncipes Jorge, Carlota y Luis, son St Barths,
Mustique -muy frecuentada en tiempos, por cierto, por su tía abuela la princesa
Margarita del Reino Unido- y las Islas Sorlingas. Pero, si hay algún lugar
relajante en este mundo es la verde campiña inglesa o escocesa. Está demostrado que ese color serena los
ánimos. Por eso, antiguamente, muchas “casas de reposo” estaban ubicadas en el
campo, fuera del tráfago urbano que no ayuda precisamente a serenar los ánimos.
En Adelaide Cottage, en el parque de Windsor, construida para la reina
Adelaida, esposa de Jorge IV, la Princesa de Gales ha podido estar bastante
tranquila. Es su residencia principal desde 2022. También frecuentan Ammer Hall, en Norfolk, casa de campo de
estilo georgiano construida en 1802 cerca de Sandringham, que Isabel II les
regaló tiempo atrás. Habían vivido allí previamente los Duques de Kent, de 1972
a 1990. En ese lugar tienen una piscina y cancha de tenis donde pueden
practicar deporte. Desde el nacimiento de la princesa Carlota pasaron cada vez
más tiempo en esa propiedad, aunque ella y sus hermanos van al colegio en
Windsor.

Ahora bien, habitualmente la
familia real veranea en el castillo de Balmoral, magnífica residencia situada
en las Highlands de Escocia, mandada construir por la reina Victoria y
el príncipe consorte Alberto a mediados del siglo XIX. En Balmoral, la familia
de los Príncipes de Gales puede montar a caballo, y pasear por esa verde
campiña. No olvidemos que Guillermo y Kate tienen especial afecto por Escocia
ya que allí, en la Universidad de St Andrews se conocieron. Allí supo Guillermo
que su madre había fallecido y allí encontró un santuario, en Crathie Kirk,
donde recogerse para orar por su progenitora.

Recientemente los Príncipes de
Gales reaparecieron para grabar un vídeo desde Anmer Hall, en el que felicitaban
al equipo británico de los Juegos Olímpicos de París por haber logrado 65
medallas: 14 de oro, 22 de plata y 29 de bronce. Ella vestía una sencilla camiseta
blanca con rayas azules, al gusto de los gondoleros venecianos, mientras que él
llevaba un polo azulón con el logo olímpico.

Por supuesto, aunque la Princesa
de Gales había planeado asistir a los juegos, sus médicos le recomendaron
permanecer en el Reino Unido. Es importante que una paciente que está en
tratamiento oncológico evite exponer su salud a contagios o a contraer otras
enfermedades. No es conveniente ni necesario. Porque, como decíamos, “lo
primero es lo primero”.

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