Puigdemont apuesta por la repetición electoral en Cataluña y presiona a ERC para presentarse en coalición

Puigdemont apuesta por la repetición electoral en Cataluña y presiona a ERC para presentarse en coalición

Solo hay dos escenarios posibles para Junts: o los socialistas facilitan la investidura de su candidato, Carles Puigdemont, o Cataluña deberá volver a las urnas. Mientras se diluyen las opciones de que ocurra lo primero -así lo teme Puigdemont-, los posconvergentes ya trabajan en la segunda hipótesis, que ven como una «oportunidad para recoser la unidad independentista» y ganar así, por fin, los comicios, con una coalición secesionista que incluya a Junts, ERC y también a la CUP. Bajo la amenaza de «dejar caer» al Gobierno de Pedro Sánchez, que necesita de los votos independentistas para sacar adelante cualquier tipo de ley, creen que la abstención del PSC sería inevitable si ganan las elecciones bajo una única marca, algo que no se sienten, ahora, en condiciones de «exigir» a la par que intuyen que los planes de Salvador Illa, el candidato socialista, también pasan por unas nuevas elecciones si no consigue ser presidente de la Generalitat.

Junts, en cualquier caso, ya trabaja discretamente en convencer a ERC de que bajo ningún concepto «debe» apoyar al PSC. Las negociaciones para que los republicanos presidan la Mesa del Parlament son solo el primer gesto de los posconvergentes en este sentido, que insisten en las bondades de una coalición que ya aplaudió el expresidente Artur Mas y el nuevo líder de la ANC, Lluís Llach. En esta línea, el candidato de Junts a las elecciones europeas, Toni Comín, opinó en la jornada de ayer, en una entrevista, que «para ERC y la CUP lo mejor es enfrentarse a una hipotética repetición electoral en una lista conjunta, ya que ir por separado puede debilitarles más». A pesar de hurgar en la herida de dos formaciones que perdieron un buen porcentaje de votos y escaños en los pasados comicios autonómicos, el hasta ahora número dos de Puigdemont en Bruselas afirmó que le gustaría «mucho» que fuera posible esta coalición, «el segundo mejor escenario que puede darse», por detrás de una investidura que en el seno de la formación consideran «compleja». Insistiendo en la «unidad», cuya ausencia en los últimos tiempos -piensan en Junts- ha significado la pérdida de la mayoría absoluta, Comín argumentó que «se trata de un instrumento, no una finalidad, que nos permitirá avanzar mucho más en el Procés». «Queremos la unidad no por sí misma sino para ponerla al servicio de un objetivo concreto: que nuestra causa recupere la velocidad de crucero que sí tuvo unos años atrás», concluyó el eurodiputado de Junts.

ERC, por el momento, no se ha pronunciado al respecto. Más allá de que la portavoz republicana, Raquel Sans, declarara el lunes que «no hay miedo a una repetición electoral», el hecho es que la formación tiene otras preocupaciones en este momento. En primer lugar, una de fondo: pues la renuncia del candidato y todavía presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y la dimisión «fake» de Oriol Junqueras, presidente de la formación, ha dejado a los republicanos sin un liderazgo aparentemente fuerte. También Marta Rovira, secretaria general, anunció que daría «un paso al lado», aunque parece que serán estos dos últimos quienes lideren, al menos hasta el Congreso Nacional programado para octubre, todo lo que ocurra en ERC. Así pues, los republicanos ya negocian, pero carpeta a carpeta. El primer paso es la presidencia del Parlament, que se vota el próximo lunes: tanto Junts como PSC están dispuestos a votar al candidato republicano en cuestión -todavía sin nombre y apellidos- para que dirija la Cámara, algo que ERC aceptará de buen grado si las condiciones a cambio no pasan por votar una investidura. Esto vendrá después, aclaran, y recuerdan que cualquier acuerdo que suscriba el equipo negociador deberá ser refrendado por las bases del partido. Junts, cuando se hizo público esto último, sintió cierto alivio, pues confían en que la militancia republicana prefiere, como ellos, un Govern independentista y no un tripartito «progresista», el sueño de Illa. En cualquier caso, si la gobernabilidad de Cataluña ya era compleja tras el 12M, hoy lo es aún más, y volver a las urnas parece ser el escenario más probable.