¡Qué bueno es Pedro Sánchez!

¡Qué bueno es Pedro Sánchez!

Los presidentes autonómicos deberían estar agradecidos porque Sánchez encuentre un hueco en su apretada agenda internacional y les dedique su preciado tiempo. Algún día podrán decir que estuvieron con él. Me imagino que debe ser como conversar con Churchill, Roosevelt, Adenauer o De Gaulle. Es algo que nunca puedes olvidar. En un mundo lleno de gente irrelevante es lógico que sienta un cierto aburrimiento por reunirse con representantes de la oposición que ni le entienden ni quieren entenderlo. Son ingratos. El otro día me contaron el caso de un periodista que se siente muy feliz porque lo recibe en La Moncloa una vez al mes. Es cierto que asegura que comen juntos, pero soy algo escéptico. Es verdad que el líder del PSOE es fuente de poder y, sobre todo de pasta, porque espero que no sea tan ingenuo como para pensar que es amor verdadero. Estamos como en el Antiguo Régimen o la Roma de los Césares donde lo más importante es gozar del afecto del emperador. ¡Qué feliz hubiera sido Sánchez! Me recuerda la canción Mi Colegio de La Trinca: «qué buenos son los padres escolapios que nos llevan de excursión».

Me imagino que el millonario José Miguel Contreras debe hacer la lista de los medios y periodistas que pueden ver en persona (no en plasma) al líder del socialismo mundial. Su condición como mayordomo de Palacio de bajo rango, por utilizar la terminología del Antiguo Régimen, es determinante para ejercer el poder en el sanchismo mediático. Las reuniones de los presidentes autonómicos con Sánchez no sirven de nada, pero es el teatrillo de La Moncloa. Su inquilino se muestra generoso y los recibe, se hacen una foto en la puerta (no sé si hay servicio de fotografías dedicadas) y luego escucha el rollo que le colocan sus invitados mientras piensa en qué hará el fin de semana. Por supuesto, tiene decidido ceder el concierto y el cupo a Cataluña como exigen los independentistas, aunque de momento lo gestione Salvador Illa. Tiene a Tezanos en el CIS y a Contreras de gurú mediático. El primero nunca acierta y el otro fracasa siempre con sus proyectos televisivos. Y luego están los pepiños, curtichs y el resto de conseguidores para forrarse con sus lobbies. ¡Qué bueno es Pedro Sánchez!

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)

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