Miguel Induráin se retiró en 1996 tras doce años de carrera, nunca mejor dicho, e innumerables premios y reconocimientos profesionales en sus vitrinas. Hoy, “la locomotora de Villaba”, como se le conoce popularmente, vive dedicado por entero a su familia y a su Fundación social.
Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1992, es uno de los deportistas más recordados y queridos de nuestro país. Al frente de la Miguel Indurain Fundazioa, de la que en sus veintiséis años de historia han salido mil seiscientos deportistas becados, veinticinco de ellos competidores en Olimpiadas y Paraolimpiadas.
En el plano personal, Miguel está casado con Marisa López de Goicoechea y son padres de tres hijos. El mayor, Miguel, vive en Mallorca y es dueño de un negocio relacionado con el ciclismo, su hermano Jon es graduado en ADE, y María en Bioquimics.
Induráin sigue asistiendo a eventos deportivos relacionados con carreras ciclistas, el pasado mes de abril le veíamos apadrinando el critérium Ebro Gold Ride en la localidad de Miranda de Ebro. En los estatutos de su Fundación se especifica que está dedicada a mejorar, promocionar, practicar y desarrollar el ejercicio físico y el deporte en Navarra, tierra natal de Miguel.
