La presencia de carabelas portuguesas (Physalia physalis) viene aumentando de forma exponencial en las costas gallegas durante las últimas jornadas, especialmente en el litoral de Lugo.
Allí, en la comarca de A Mariña, el municipio de O Vicedo decidía esta semana prohibir el baño en dos de sus playas, San Román y Abrela, después de que en este último arenal una persona sufriese taquicardias y parálisis el pasado viernes tras el contacto con uno de estos ejemplares de medusa.
Asimismo, otros municipios de la provincia, como Xove o Barreiros, izaron la bandera roja durante el fin de semana para evitar sustos similares o consecuencias mayores entre los bañistas, y también se registró la presencia de algún ejemplar en la playa de Area, en el término municipal de Viveiro.
El motivo, la peligrosidad de una especie que, siendo similar a una medusa, técnicamente no lo es. Se trata de un conglomerado de organismos que cooperan como una colonia para sobrevivir.
La carabela portuguesa es un carnívoro. Con unos tentáculos venenosos, atrapa y paraliza a su presa. Por lo general, captura pequeños organismos acuáticos como peces y plancton.
En el ser humano, el veneno de la carabela portuguesa tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte.
Cuatro pasos a seguir ante una picadura
Por este motivo, y ante la creciente afluencia de estos ejemplares, la Consellería de Sanidad de la Xunta de Galicia informa a la población del protocolo a seguir en el caso de picadura.
Limpiar los restos de tentáculos
En primer lugar, la persona alcanzada por una medusa deberá salir del agua y eliminar los posibles restos de tentáculos que tenga en el cuerpo. Así, para realizar esta extracción deberá evitar el contacto directo con las manos, empleando pinza o guantes, o en su ausencia, con el borde de un objeto rígido y plano.
En esta primera actuación, es muy importante que en ningún momento se rasque o friegue la zona afectada, ni que se empleen toallas o arena para limpiar la herida, ya que esta presión podría aumentar la liberación de veneno.
Lavar con agua salada
El segundo paso a seguir es lavar la zona afectada con agua de mar limpia, comprobando previamente que esa agua no tenga fragmentos de tentáculos. En este caso, es preciso apuntar que jamás se debe lavar la zona afectada con agua dulce pues, el cambio de salinidad provoca una mayor liberación de veneno. Tampoco se debe utilizar amoniaco, vinagre u orina.
Aplicar frío
Acto seguido, se deberá aplicar frío sobre la zona de la picadura mediante una bolsa de plástico con hielo, y por un espacio de tiempo de 15 minutos. De este modo, evitara que el veneno pase al riego sanguíneo.
Tintura de yodo
El cuarto y último paso será desinfectar la herida con tintura de yodo para evitar posibles infecciones. Así, se cuidará la herida hasta que cicatrice y se intentará evitar otra posible picadura durante el resto del verano, pues sus consecuencias pueden ser mucho peores al quedar el cuerpo sensibilizado al veneno.
En el caso de contar con servicio de socorrismo la playa, la recomendación es acudir al mismo y que, en el caso de padecer síntomas generales como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, dolor de cabeza, o dificultad para respirar, se deberá acudir al centro sanitario más próximo o se llame al 112.
