¿Qué santo se celebra hoy, lunes, 2 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

¿Qué santo se celebra hoy, lunes, 2 de septiembre? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

La tradición de celebrar el santoral se remonta a los
inicios del cristianismo. El santoral católico es un registro que recoge los
nombres de los santos y las fechas en que se les conmemora. En aquella época,
comenzó la veneración de mártires y otras figuras ejemplares, reconocidas por
su vida virtuosa y su fe inquebrantable.

Estas celebraciones no son simples recordatorios;
representan momentos de reflexión profunda y conexión espiritual con los
valores que estas personas encarnaron. El calendario litúrgico, fundamental en
la tradición católica, rinde homenaje a santos y beatos en días específicos del
año, convirtiéndose en una herramienta valiosa para explorar la historia de la
Iglesia y del cristianismo.

El santoral sirve como fuente de inspiración, nutrida por
las vidas ejemplares de los santos, y como guía espiritual que ofrece fortaleza
y orientación a través de las experiencias de estas figuras históricas. Además,
cumple la importante función de mantener viva la memoria de personajes clave
para la fe católica, creando así un puente entre el pasado, el presente y el
futuro de la Iglesia.

¿Qué santos se celebran hoy?

Cada jornada está asociada a uno o varios santos, cuya
memoria se honra en las misas y oraciones de los fieles. Estas conmemoraciones
no solo enriquecen la vida espiritual de los creyentes, sino que también
proporcionan un sentido de continuidad y comunidad en la fe.

Este lunes, 2 de septiembre, la Iglesia Católica conmemora a
varios santos y beatos que han dejado huella en la historia de la cristiandad:
San Agrícola de Aviñón, San Antonino de Apamea, San Elpidio del Piceno, San
Habib de Edesa, San Nonoso, San Próspero de Tarragona, San Siagrio de Autun,
San Zenón de Nicomedia, Beato Brocardo eremita, Beata Ingrid Elofsdotter y
Beato Bartolomé Gutiérrez.

Desde el periódico La Razón, destacamos al beato Bartolomé
Gutiérrez, monje agustino que sufrió el martirio en su labor de evangelización
en Japón.

¿Quién fue el beato Bartolomé Gutiérrez?

Bartolomé Gutiérrez, nacido en México en 1580, experimentó
desde temprana edad una profunda vocación religiosa. A los 16 años,
respondiendo a este llamado espiritual, ingresó en la Orden de San Agustín,
donde su fe y dedicación florecieron. Tras su ordenación como sacerdote,
Gutiérrez sintió un impulso irresistible hacia la misión evangelizadora, lo que
le llevó a solicitar con fervor su envío a tierras aun por evangelizar,
dispuesto a enfrentar los desafíos que tal empresa conllevaba.

Misión evangelizadora

En 1605, junto a Fray Pedro Solís, emprendió viaje a Manila,
donde durante seis años se desempeñó como maestro de novicios. Su facilidad
para los idiomas le permitió aprender rápidamente el japonés, lo que resultaría
crucial para su misión. Su anhelo por evangelizar lo condujo a Japón en 1612.
Fue nombrado prior del convento de Usuki en 1613. Su dominio del idioma le
permitió dedicarse plenamente a la evangelización, logrando establecer una
significativa comunidad de fieles.

No obstante, el panorama cambió drásticamente al año
siguiente cuando el emperador Taicosama promulgó un edicto de expulsión para
todos los misioneros. A pesar de verse forzado a retornar a Manila, Bartolomé
no pudo ignorar el llamado de sus fieles. Con una determinación inquebrantable,
decidió regresar a Japón cinco años después, esta vez adoptando una identidad
encubierta para continuar su misión evangelizadora.

Clandestinidad y martirio

Durante quince años, continuó su labor misionera en secreto.
Vivió en la clandestinidad, enfrentando peligros constantes, hambre y
privaciones. A pesar de estas dificultades, persistió en su misión de predicar
y administrar los sacramentos. Finalmente, traicionado por alguien, fue
capturado por las autoridades junto con otros religiosos.

Tras soportar inhumanas torturas, Bartolomé Gutiérrez fue
sentenciado a una muerte atroz: ser quemado vivo en Omura, Japón, el 3 de
septiembre de 1632. A pesar de enfrentar un destino tan cruel, Gutiérrez
demostró una fortaleza espiritual inquebrantable. Con una determinación que
desafía la comprensión, rechazó categóricamente todas las ofertas de libertad
que le fueron presentadas a cambio de renunciar a su fe.

Beatificación

Su inquebrantable convicción, incluso ante la perspectiva de
una muerte agonizante, es un testimonio sobrecogedor de la profundidad de sus
creencias y su compromiso con su misión. Esto hizo que fuera beatificado por el
Papa Pío IX el 22 de mayo de 1867, junto con otros 204 mártires. Bartolomé
Gutiérrez dejó un legado de escritos, incluyendo explicaciones doctrinales y
relatos de martirios. En México, se le rinde culto litúrgico el 2 de
septiembre.

Please follow and like us:
Pin Share