¿Qué son y cómo se usan los autoinyectores de adrenalina?

¿Qué son y cómo se usan los autoinyectores de adrenalina?

Las reacciones alérgicas son un problema de salud bastante común en nuestro entorno. Pueden estar provocadas por el contacto con varias sustancias, siendo los alimentos (frutos secos, huevo, frutas, etc.), las medicinas (penicilina, antiinflamatorios) y los animales (pelo de animal, picaduras) las causas más frecuentes. La gravedad de las reacciones puede ser variable, y se estima que en España tienen lugar más de 100 episodios graves por cada 100.000 personas/año, conocidos estos como anafilaxia.

Las personas con alergias diagnosticadas han de conocer dónde se localizan las sustancias causantes de las mismas y prevenir el contacto con ellas. Aun así, existe un riesgo de contacto inadvertido y la aparición de reacciones anafilácticas, pudiendo conducir a una situación de urgencia vital. El fármaco que actúa rápidamente sobre la reacción es la adrenalina, puede estar disponible en forma de autoinyectores bajo prescripción médica en personas con antecedentes o con riesgo conocido de sufrir reacciones anafilácticas.

1. ¿Qué características tienen los autoinyectores de adrenalina?

Tienen forma de rotulador, y permiten que las personas alérgicas puedan inyectarse adrenalina a sí mismas de forma rápida ante una reacción alérgica. Los autoinyectores de adrenalina están dotados de una aguja (en el extremo negro), un tapón de color sobre el botón de activación en el otro extremo. En su interior contienen adrenalina en solución, que sale a través de la aguja al accionar el botón, y cuya acción es inmediata.

2. ¿Qué tipos hay?

Existen dos presentaciones según la cantidad de adrenalina que contengan. Los modelos más comunes tienen 0,15mg (150 microgramos), generalmente indicados en niños de peso inferior a 25kg; y 0,3mg (300 microgramos), indicados en niños de más de 25 kg y en adultos.

3. ¿Cuándo se usan?

Las personas alérgicas han de llevar este dispositivo siempre consigo, siendo recomendable portar dos unidades. Se han de conservar en sitios frescos y secos, sin necesidad de guardarlos en nevera, y su caducidad suele ser de seis meses. Tras el momento del contacto con alérgenos, las personas empiezan a sufrir los primeros signos y síntomas de una reacción anafiláctica. Los más frecuentes son la aparición de reacciones cutáneas, en forma de picor y enrojecimiento, sensación de mareo e inflamación de la lengua y la garganta, lo que provoca la dificultad para respirar y la emisión de pitidos al respirar, llamados sibilancias. Con su aparición se ha de actuar urgentemente y proceder al uso del autoinyector de adrenalina.

4. ¿Cómo se utilizan?

1. Sujetar el autoinyector con la mano dominante con el dedo pulgar cerca del tapón de color; 2. Quitar el tapón de color con la otra mano; 3. Colocar el extremo negro del autoinyector en la parte externa del muslo y clavarlo enérgicamente en perpendicular a la pierna. Se puede hacer a través de la ropa, si fuera necesario. Presionar el botón con el dedo pulgar y escuchar el clic del disparo del aparato; 4. Mantener el extremo negro clavado en la pierna durante 10 segundos; 5. Retirar y desechar el autoinyector. A continuación, se puede dar un masaje en la zona de la inyección durante unos segundos; 6. Llamar de inmediato a los servicios de urgencias médicas (112) e informar del estado de anafilaxia, incluso si los síntomas parecen estar mejorando; 7. Si los síntomas no mejoran o incluso empeoran, puede ser necesario administrar una segunda inyección después de 5 minutos de la primera, usando un dispositivo nuevo. Por último, ara el uso correcto de estos dispositivos, es imprescindible que las personas y sus cuidadores reciban formación en su centro sanitario.

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