Revuelto, el «supercar» que no le gusta a Sánchez y que marca el futuro de Lamborghini

Revuelto, el «supercar» que no le gusta a Sánchez y que marca el futuro de Lamborghini

El pasado miércoles 4 de septiembre Pedro Sánchez hizo una gran campaña de publicidad a favor de los superdeportivos Lamborghini al decir que no le gustaban: «más autobuses y menos Lamborghinis» fue la frase textual, lo que supone un argumento más de venta para la compra de alguna de las unidades que se fabrican cerca de Bolonia, en Italia. Esta es una de las marcas de Volkswagen. Un grupo que, por cierto, tiene varias plantas de producción con miles de trabajadores en nuestro país: Landáben en Navarra y Martorell en Barcelona.

El mercado de los superdeportivos es aún pequeño, pero muy atractivo para las marcas especializadas. Está dirigido mayoritariamente a un público joven y con muy alto poder adquisitivo que disfruta igualmente de la espectacularidad de sus diseños como de la potencia de sus motores. Y este es el terreno de conquista del Revuelto, el último biplaza salido de la factoría de Lamborghini y que mantiene dos característicos sellos de la marca como son su carrocería en forma de cuña y su motor trasero V12 de 6,5 litros de 825 caballos pero que, con la ayuda de los motores eléctricos, eleva su potencia final hasta los 1.015 caballos. Su precio de venta se sitúa en 1.175.000 euros.

Destinado a ser la estrella de las reuniones de «supercar» que se organizan por el mundo, el Revuelto está equipado para poder responder a las exigencias de todos los públicos. Es decir, gracias a sus tres motores eléctricos situados en posición delantera que complementa la planta motriz de combustión, está preparado para ser utilizado en modo eléctrico a baja velocidad. Algo muy agradable para moverse por la ciudad o para maniobrar, si bien no puede gozar de la etiqueta Eco al no presentar una autonomía suficientemente larga. Las baterías van montadas en la parte central del monocasco de fibra de carbono, entre los dos pasajeros, lo que favorece al reparto de pesos y la estabilidad. Y además, el modo automático de su caja de cambios de ocho velocidades le permite circular por carreteras muy transitadas sin ninguna dificultad, adaptándose a las circunstancias del tráfico y manteniendo a motor bajo de vueltas.

Pero este no es el escenario preferido para este Revuelto, que ya forma parte de la leyenda de la marca desde el momento de su lanzamiento. Todo lo que nos rodea al introducirnos en el habitáculo nos invita a buscar carreteras despejadas, a poder ser de montaña, o circuitos, donde poder explorar toda la deportividad no solo de su motor, sino del resto de los componentes como dirección, suspensiones, frenos… concebidos para una conducción al límite, siempre que el conductor este preparado para superar las emociones fuertes con brillantez. Porque las reacciones del Revuelto son impresionantes desde el primer momento, con una aceleración de 0 a 100 que, al ser de solo dos segundos y medio, te catapulta directamente hacia delante y todo alrededor empieza a cambiar con rapidez hasta llegar a la parte alta de cuentavueltas. Realmente es difícil alcanzar la velocidad máxima, ya que se sitúa en los 350 por hora y en las autopistas italianas no es fácil superar los 250, que ya está bien. Pero su virtud no es solo la velocidad, sino otros factores como la estabilidad y la nobleza de reacciones.

En el volante el conductor tiene a la vista diferentes botones con los que cambiar elementos importantes para completar sensaciones. En la parte izquierda, en color rojo, puedes regular cuatro diferentes modos de conducción: eléctrico, carretera, sport y carrera. Según la elección va cambiando asimismo la pantalla del cuadro de instrumentos y las secciones del conjunto, que va haciéndose más radical en cada caso. Algo que comienza a percibirse en el sonido del motor, ensordecedor cuando el V12 sube a la parte alta del cuentavueltas. Para disfrutar más recurrimos a accionar la caja de ocho marchas y doble embrague situado en posición trasversal, a través de las levas colocadas tras el volante.

En el salpicadero encontramos tres pantallas. Frente a nuestra vista, una de 12,3 pulgadas que muestra todos los datos de la conducción, como revoluciones, velocidad, modo de conducción… En el centro otra de ocho pulgadas con todo el infoentretenimiento y frente al acompañante, sobre la guantera, una más que proporciona al copiloto información sobre la velocidad y las revoluciones del motor.

Con una producción de nueve unidades diarias y tres meses de trabajo por coche, el Revuelto es un producto tan perfecto como artesanal en todos sus detalles. No solo mecánicos, sino asimismo de terminación del habitáculo, con asientos cosidos por bordadoras especializadas, etc. Sus formas externas, que son espectaculares, hacen honor a la tradición Lamborghini ya que su silueta, aunque ha ido evolucionando con el tiempo, sigue la icónica línea de cuña aerodinámica que se mantiene desde el nacimiento del mítico Countach y nos recuerda mucho al Sian. Una línea que no pasa desapercibida, pero esto no supone un inconveniente para quienes puedan tener el privilegio de comprarse el último Lamborghini.

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