“Una más, una más”, decía Llull recién finalizado el segundo partido de la final. El Madrid está a una victoria de sumar su trigésimo séptima Liga ahora que la eliminatoria se traslada a Murcia. El UCAM volvió a ofrecer el espíritu combativo que ha marcado su trayectoria en los playoffs, pero para meter en problemas serios al Madrid hace falta mucho más. Los de Chus Mateo se están tomando la final con la seriedad suficiente como para ratificar una superioridad que no admite discusión.
Los entrenadores se empeñan en que cada partido es una historia, pero hay historias que se parecen demasiado. Y eso fue lo que sucedió con el desarrollo de los dos primeros cuartos en el segundo partido de la final. En el primer capítulo, el Madrid llegó a acumular un sonrojante 0/11 en triples. Fue un spoiler sobre el tiro exterior de los blancos. En el segundo choque, de los primeros once intentos sólo acertó Causeur el primero, pero… los últimos tres intentos antes del descanso sí encontraron premio. Primero fue Campazzo y luego llegaron un par de aciertos de Rudy en el que pudo ser el penúltimo partido de su vida a nivel de clubes. Chus Mateo tiene tal superávit de argumentos que el décimo jugador de la rotación y el undécimo fueron los encargados de desequilibrar otro más que correcto arranque del UCAM Murcia.
El equipo de Sito Alonso se manejó con solvencia con un buen porcentaje en el tiro de fuera y con la aportación de Kurucs, Sleva, desaparecido el primer día, y Caupain. Llegaron a tener mínimas ventajas en el segundo cuarto, pero lo pagaron con las faltas de sus dos hombres altos. No se había alcanzado el ecuador del partido y Morin y Diagné tenían tres faltas por cabeza. A ese contratiempo y la fragilidad en el rebote se añadió la aparición de Yabusele y Rudy. El francés hizo daño por dentro y el balear anotó dos triples que impulsaron al Madrid en el tramo final del segundo cuarto. Fue el mismo punto de inflexión que se había vivido en la velada que abrió la final y con el mismo argumento, el acierto exterior. Si a eso se añadía la consistencia defensiva, 15 puntos encajados en cada uno de los primeros cuartos, el Madrid estaba donde quería. Y fue un poco más allá en el comienzo del tercer parcial entre Musa y Tavares (49-36).
Ahí apareció el equipo combativo que acabó con Valencia y Unicaja. El equipo que no se descuelga de los partidos por mucho que se asome al abismo. El UCAM Murcia se mostró acertadísimo desde la línea de tres (5/7). Anotó cinco de cuatro jugadores diferentes y arregló el desequilibrio que había en el rebote. Con esos dos factores se permitió ganar su primer parcial de la final y llegar al tramo decisivo en condiciones de pelear por todo (57-52).
Ahí volvió a aparecer Rudy. En un quinteto en el que estaban los tres “viejitos”, el más veterano del trío se dio un homenaje. Metió su tercer triple sin fallo, se inventó una canasta lateral de cinco metros y el UCAM Murcia empezó a asumir que la diferencia real iba más allá de la que reflejaba el marcador. Porque el Madrid no llegó nunca a romper el partido, pero es que tampoco dio la sensación en ningún momento de sentirse amenazado. Eran diferencias de seis u ocho puntos… suficiente para tener controlado a un rival al que poco más se puede pedir ya a estas alturas. Lo importante ya sólo era el homenaje a Rudy. Se desplegó una pancarta en un fondo -“Contigo cambiamos el rumbo, Gracias por tanto, Rudy”-, Rudy se sentó en el banquillo, el público se puso en pie y empezó a corear su nombre durante casi diez minutos. Rudy, con los ojos vidriosos, controló las lágrimas como pudo.
79. Real Madrid (18+22+17+22): Campazzo (9), Causeur (5), Musa (13), Hezonja (9) y Tavares (8) -quinteto titular- Abalde (2), Poirier (6), Llull (0), Rodríguez (4), Yabusele (9) y Rudy (14).
63. UCAM Murcia (15+15+22+11): Hakanson (4), Ennis (6), Kurucs (11), Sleva (13) y Diagné (7) -quinteto titular- Morin (6), Sant-Roos (4), Caupain (6), Radovic (4) y Radebaugh (2).
Árbitros: Conde, Calatrava y Manuel. Eliminado Kurucs. Dos técnicas al banquillo del Real Madrid y una a Kurucs.
Incidencias: 12.340 espectadores en el WiZink Center. Segundo partido correspondiente a la final de la Liga Endesa.
FINAL LIGA ENDESA
Real Madrid, 79-UCAM Murcia, 63 (2-0)
(84-76; 79-63; 10, 20:30; 12, 20:30; 14, 19:00 y 16, 21:00)
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