En Nueva York se puede dar la vuelta al mundo, al menos en sabores, porque los neoyorquinos son de cualquier lugar del planeta y lo que comen, también. La emigración ha creado a lo largo de los siglos una ciudad única que hoy presume de su amplísimo panorama culinario, que abarca desde restaurantes con estrellas Michelin y establecimientos especializados en cocinas de todo el mundo hasta cafeterías abiertas 24 horas y locales informales.
Más información en la nueva guía de Nueva York de Lonely Planet y en la página web lonelyplanet.es.