Sal de manantial, sal marina o sal yodada ¿cuál es la mejor para la salud?

Sal de manantial, sal marina o sal yodada ¿cuál es la mejor para la salud?

La elección de la sal en nuestra dieta diaria ha generado diversas opiniones en los últimos años. Mientras que la sal yodada ha sido promovida durante décadas por sus beneficios para prevenir enfermedades tiroideas, la sal marina y la sal de manantial han ganado popularidad debido a su carácter “natural” y a la percepción de ser más saludables. Pero, ¿cuál es realmente la mejor opción para la salud?

Sal de manantial

La sal de manantial proviene de depósitos subterráneos formados hace millones de años. Es rica en minerales como el magnesio, calcio y potasio, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes buscan un producto sin procesar. Sin embargo, la cantidad de estos minerales es muy pequeña y su impacto real en la salud puede ser limitado. A pesar de esto, muchos la prefieren por su sabor suave y su origen natural.

Sal marina

Extraída directamente del mar a través de la evaporación del agua, la sal marina contiene trazas de minerales como el zinc y el hierro. A menudo es vista como una alternativa más “pura” que la sal refinada. No obstante, debido a la contaminación marina, puede contener microplásticos u otros contaminantes, lo que ha generado cierta preocupación entre los consumidores. Además, su contenido de yodo, un mineral esencial para la función tiroidea, es variable y generalmente bajo.

Sal yodada

La sal yodada es sal común a la que se le ha añadido yodo, un mineral clave para la salud del tiroides y el desarrollo cerebral, especialmente en niños. La deficiencia de yodo puede llevar a condiciones graves como el bocio o retrasos cognitivos. Desde la década de 1920, la yodación de la sal ha sido una medida de salud pública en muchos países para combatir estas deficiencias, siendo aún recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Cuál es la mejor opción?

La respuesta depende de las necesidades nutricionales de cada persona. Si bien la sal marina y la sal de manantial pueden ofrecer ligeros beneficios minerales y son apreciadas por su sabor y origen natural, la sal yodada sigue siendo crucial para garantizar la ingesta adecuada de yodo, especialmente en poblaciones con riesgo de deficiencia.

En conclusión, para una dieta balanceada, la sal yodada sigue siendo la opción más segura y beneficiosa desde el punto de vista nutricional. Sin embargo, quienes prefieran opciones naturales, como la sal marina o de manantial, deberían asegurarse de obtener suficiente yodo a través de otros alimentos o suplementos. Como siempre, el consumo moderado de sal es fundamental para mantener una buena salud cardiovascular.

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