Salvador Illa: Un gran pragmático ante un difícil pero no imposible reto

Salvador Illa: Un gran pragmático  ante un difícil pero  no imposible reto

Si hay algún político que cumpla la máxima de Santa Teresa de Jesús, «la paciencia todo lo alcanza», ese es Salvador Illa Roca, primer secretario del PSC y nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. En medio de un esperpento sin precedentes, un espectáculo bochornoso impropio de cualquier democracia seria, orquestado por el fugitivo Carles Puigdemont, el candidato socialista supo apretar los labios y mantener la calma. Acostumbrado a lidiar con marrones de campeonato, véase su etapa como ministro de Sanidad al frente de la salvaje pandemia, a unificar las dos tradicionales almas del socialismo catalán y a litigar con un independentismo dividido, fanatizado y radical, este hombre de carácter templado, mirada larga bajo unas lentes de intelectual, cristiano practicante y tolerante ante el adversario, llega como nuevo inquilino al Palau de la Generalitat con un talante muy diferente al de sus antecesores. Será, si todo se cumple según lo previsto, el primer molt honorable president socialista con un Govern monocolor y el apoyo externo de ERC y los Comunes. Un difícil juego de equilibrios que, según sus colaboradores, definen su conducta: paciente, prudente y pragmático.

A Salvador Illa Roca, candidato del Partido de los Socialistas de Cataluña, ya le pasó en las últimas elecciones, febrero de 2021. El PSC fue el partido más votado con 33 escaños, empatando con Esquerra Republicana, pero la unión de los partidos independentistas impidió que fuera presidente. Ahora afronta de nuevo este dilema de otra manera y los astros políticos con las alianzas de ERC y los Comunes le han sonreído. Veteranos de la antigua Convergència i Unió, exconsejeros de Junts como Miquel Samper o Santi Vila, destacadas figuras del catalanismo como Miquel Roca y sectores empresariales habían expresado su apoyo a Salvador Illa para abrir «una nueva etapa» política en Cataluña. Su mensaje fue dirigido a los indecisos, a los antiguos partidos nacionalistas saturados del independentismo, al tradicional voto de la izquierda y a los sectores empresariales y sociedad civil que apuestan por retornar la prosperidad económica en Cataluña. Nacido en La Roca del Vallés, en una familia de tradición textil, acaba de cumplir 58 años y frente a quienes opinan que la ambición de Pedro Sánchez por mantenerse en el poder le sacrificaría con una abstención para investir al soberanista Puigdemont a cambio de sus siete votos en el Congreso de los Diputados, siempre fue claro: «El president se decide en Cataluña, no en la aritmética del Congreso».

De carácter afable y conciliador, destacan en su entorno su capacidad de diálogo y compromiso constitucional que habrá de demostrar ante una alianza enrevesada con los republicanos y los Comunes.

Muy discreto en su vida personal, casado, padre de una hija, Salvador Illa afronta el reto histórico de cerrar las heridas del «procés» y abrir una nueva etapa en Cataluña, lo cual es extremadamente difícil, pero no imposible.

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