Sanchezcholismo reptante

Sanchezcholismo reptante

Camilo José Cela (1916-2002), en su espectacular y quizá poco leída novela –requiere un esfuerzo– «Madera de Boj», escribe que «esto va revuelto». Antes, en octubre de 1987, al recibir el premio Príncipe de Asturias, inició su discurso, con recado optimista para el actual rey: «En España, Alteza, el que resiste gana». Pedro Sánchez era entonces muy joven para que el Nobel gallego supiera, ni tan siquiera, que existía. Sin embargo, el presidente del Gobierno es, sin duda, el mejor intérprete de un guion en el que todo va revuelto y donde gana el que resiste. Para conseguirlo utiliza, también como un maestro, la filosofía de Diego «Cholo» Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid, de «partido a partido».

«Partido a partido» y con todo «revuelto» a su alrededor, el líder del PSOE, lleva en La Moncloa desde finales de la primavera de 2018 y pretende seguir allí más tiempo incluso que Felipe González. Es, quizá una coincidencia, más o menos el tiempo que Simeone está al frente del club rojiblanco, donde llegó como entrenador en diciembre de 2011. Una resistencia casi insólita en el fútbol y todavía más en política.

Gobiernos en minoría con socios múltiples y contradictorios, cambio de opinión como nueva definición de mentira, amnistía negada y aprobada, presupuestos prorrogados, equilibrios parlamentarios permanentes y acuerdos imposibles con «indepes», justificados porque son buenos para España. Todo tan revuelto que solo Sánchez es capaz de enredarlo más y gestionarlo para su provecho. Iván Redondo, el exasesor caído en desgracia pero fiel al jefe, apunta que tampoco es imprescindible que se aprueben los Presupuestos. Al inquilino de La Moncloa no le importa prorrogarlos. Espera que Illa, en Cataluña, día a día, le dé cada vez más votos. La ministra Montero regará con dinero –deuda de todos– al resto de autonomías y los «indepes» protestarán y le harán –le hacen ya– la vida muy difícil a Sánchez, pero no imposible. Espera votos y apoyos de todas partes y confía en los errores de la oposición. El presidente sueña seguir en La Moncloa tras las elecciones de 2027, o cuando le convenga convocarlas, y ser más longevo en el poder que Felipe González, «partido a partido», es decir, «sanchezcholismo» reptante, porque en España, el que resiste gana, ya lo dijo Cela.

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