Keir Starmer ha entendido finalmente que no todo lo que es legal es presentable. El primer ministro ha comenzado a soltar lastre, para intentar dejar atrás el escándalo que le persigue casi desde que comenzó su mandato: más de 120.000 euros en ropa, gafas de diseño, pases para el fútbol y entradas para conciertos. Todo gratis. Regalos de donantes del Partido Laborista, como el empresario Waheed Ali.
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