En política, el motor que te impulsa puede convertirse más tarde en el lastre que te bloquea. Keir Starmer ha decidido prescindir de su jefa de Gabinete, Sue Gray, para intentar rebajar la tensión interna de su núcleo duro de Gobierno. Una decisión drástica cuando el primer ministro laborista apenas lleva tres meses en Downing Street y ya arrastra un cúmulo pesado de torpezas y decisiones erróneas.
Seguir leyendo