Nada es como se planteó hace seis meses y la izquierda vuelve a enmendarse a sí misma. Han pasado tres convocatorias electorales —vascas, catalanas y europeas— desde que Sumar celebró su asamblea fundacional en Villaverde (Madrid) y afianzaba así el liderazgo de Yolanda Díaz al frente de la formación. La vicepresidenta era encumbrada a finales de marzo coordinadora de un movimiento que había logrado formar parte del Gobierno tras obtener 31 diputados en julio y que pretendía pasar de una mera coalición a incorporar en sus estructuras al resto de fuerzas políticas. En este tiempo, sin embargo, el partido ha renunciado a ser el director de orquesta del proyecto y ahora afronta su segunda convención política, que se celebrará los próximos 14 y 15 de diciembre, con la incógnita fundamental sobre el papel futuro de la vicepresidenta y el desafío, en el horizonte, de la unidad.
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