Swiatek y el desafío de la hierba: ella quiere ser total, Iga quiere ser como Graf

Swiatek y el desafío de la hierba: ella quiere ser total, Iga quiere ser como Graf

Por fin, asoma el sol en Londres pero, al parecer, no es un buen día para Polonia. El gigantón Hubert Hurkacz, aquel que derrumbó a Roger Federer en el último partido del genio suizo en Wimbledon, se retuerce en la silla de dolor, lastimado de la rodilla al intentar cazar una volea durante el partido contra Arthur Fils; se retira y cae, por tanto, uno de los candidatos de segunda línea y su país enfoca definitivamente a Iga Swiatek, quien antes de saltar a la pista medita bajo la gorra en el Players Lounge —el espacio reservado para los tenistas y sus equipos— y completa exhaustivamente la rutina: piernas, articulaciones y torso a tono, ejercicios de reflejos, muñeca lista para cortar. Todo lo hará falta a la número uno. La hierba, asignatura pendiente. Ser o no ser. Están las buenas, las muy buenas y aquellas que no entienden de límites, las que terminan respondiendo a un código no escrito en el tenis que exige dominar las tres superficies para figurar entre las elegidas.

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