«Y es cosa  bien señalada…»

«Y es cosa bien señalada…»

Cuando reviso el caso de Gisèle Pelicot, la mujer cuyo marido invitó a decenas de hombres a abusar de su esposa drogada durante diez años, más allá del horror, que creo que jamás podré apartar de mi recuerdo, me indignan los intentos de justificarse o de zafarse de una parte de su culpa, tanto del…