Se acerca la hora de la verdad

Se acerca la hora de la verdad

1. En mi casa de Lisboa tengo sobre la mesa dos hermosas granadas de cerámica, que me regaló un diplomático israelí, en nombre de la fertilidad que, como símbolo de Jerusalén, esos frutos representan. Nos hallábamos frente a las murallas, sentados en un restaurante, hablando de lo que sucedía en el mundo, en un momento…